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Jeep Grand Cherokee Trackhawk. La bestia y la bestia

Un SUV que esconde 707 CV de potencia. El Jeep Grand Cherokee Trackhawk se presenta en el Salón del Automóvil de Nueva York para dejarnos con la boca abierta.

No hay nada suave ni delicado en un coche como el Jeep Grand Cherokee Trackhawk. No hay nada en él de sigiloso, de apocado o de tímido. Es grande y parece grande, es agresivo y parece agresivo, y es rápido, muy rápido, mucho más rápido de lo que parece con esa imagen de duro musculoso y pesado. Es como si Vin Diesel corriera como Usain Bolt. Es una bestia con pinta de todoterreno de toda la vida, eso que ahora llamamos SUV, y corazón de superdeportivo.

Exteriormente, el nuevo Trackhawk mantiene practicamente la imagen del Grand Cherokee SRT con menor altura al suelo y el añadido de paragolpes exclusivos tanto en el frontal como en la trasera, además de llantas de aleación de 30 pulgadas en gris titanio con las pinzas amarillas Brembo a la vista. En la trasera, cuatro salidas de escape dan fe de que lo que esconde en su interior no es para bromear.

El interior del Jeep Grand Cherokee Trackhawk está a la altura de su aspecto exterior. Aparecen las molduras cromadas, la fibra de carbono y el cuero napa de la tapicería con la denominación Trackhawk resaltada, además de un exclusivo cuadro de instrumentos y una consola central donde se ubica una pantalla táctil de siete pulgadas.

Hasta aquí, nada haría distinto al Trackhawk de cualquier otro SUV más o menos bien equipado del mercado. La diferencia está en que este Grand Cherokee monta la propulsión de un Dodge Challenger SRT Hellcat. V8 sobrealimentado por compresor. 6.2 litros. 707 CV de potencia. 875 Nm de par. 100 km/h en 3,5 segundos, 290 km/h de velocidad máxima. Estremecedor.

Como es lógico, se ha reforzado tanto la estructura como la transmisión automática de 8 velocidades a la que además se ha dotado de un diferencial electrónico de deslizamiento limitado. También han recibido especial atención los frenos, de la marca Brembo, con discos ventilados de 40 cm -35 cm en los traseros- con pinzas de seis pistones, que son capaces de hacer frenar al Trackhawk de 100 a 0 km/h en tan sólo 35 metros. Toda una garantía.

Con tracción a las cuatro ruedas, también son cuatro los modos de conducción para controlar el descomunal potencial del Jeep en cualquier situación: Sport, Track, Tow y Snow. Teniendo a nuestra disposición todo lo comentado, es posible que no lleguemos a conocer algún terreno en el que el Trackhawk no se merezca nuestra bestial admiración.