La marca Ford acaba de mostrar en el Salón del Automóvil de Detroit un vehículo que demuestra que van ‘a por todas’; se llama GT –una denominación mítica dentro de la casa Ford, ya que así se llamaba el automóvil que hace justo medio siglo, en las 24 horas de Le Mans de 1966, consiguió ocupar los tres escalones del pódium en la clasificación final- y por su apariencia, potencia o tecnología competirá de tú a tú con los Ferrari 458, Porsche 911 Turbo o McLaren MP4-12C- .
De aquí a 2020, Ford ya anució que iba a enriquecer su gama con la llegada de nada menos que 12 nuevos vehículos de altas prestaciones. Y no se ha conformado con presentar versiones deportivas de sus actuales modelos, sino que va a culminar su oferta con este súper-coupé deportivo.
El nuevo GT guarda parte de la esencia que tuvo tanto el modelo original como la segunda generación, comercializada a principios de este siglo. Sin embargo, esta nueva versión es mucho más futurista, espectacular y agresivo; lo consigue mediante el empleo de enormes entradas de aire, un sistema de aerodinámica activa –con un alerón trasero regulable tanto en altura como en inclinación-, una parte trasera que se estrecha en la zona central –según la marca imita el fuselaje de un avión-, unas puertas con apertura en vertical –aunque ya no ‘muerden’ parte del techo, como en sus predecesores-, el parabrisas curvado, los neumáticos de competición Michelin Pilot Super Sport Cup 2 realizados en un componente específico y con llantas de 20”… y una reducidísima altura del vehículo.
En su diseño interior se ha apostado por un estilo más sobrio que el de sus rivales, si bien no faltan detalles originales, como el volante de forma casi cuadrada y desde el que se controlan todas las funciones –no sólo el control de velocidad o la radio, sino también sistemas como el limpiaparabrisas, las ráfagas de luces, los intermitentes…-, los asientos anclados al propio habitáculo –aquí lo que se regula es el volante y los pedales-, la instrumentación completamente digital y configurable –apoyada en una segunda pantalla en la consola central-, las salidas de aire incrustadas en las puertas, el cambio accionado por un mando giratorio y la fibra de carbono a la vista –un material que, como veremos, es el gran protagonista del coche-. Cuenta con dos buenas plazas y un equipamiento de serie con elementos como el climatizador, el arranque por botón, el freno de mano eléctrico y elementos interesantes como el dispositivo que permite elevar el morro del coche para que no ‘roce’ al entrar, por ejemplo, en un párking subterráneo.
El nuevo GT emplea, además de diversos componentes en aluminio, un chasis de fibra de carbono, muy resistente, pero también ligero –este material se empezará a ofrecer, según Ford, en otros vehículos de la casa-. Para la suspensión ofrece un sistema regulable en altura, mientras que los frenos disponen de discos carbocerámicos.
Aunque, lo más significativo es el motor: se trata de un 3.5 gasolina con seis cilindros, inyección directa, situado en posición central y alimentado por un doble turbo; será capaz de ofrecer más de 600 CV. Su caja de cambios es automática de siete velocidades con doble embrague capaz de realizar cambios de marcha rapidísimos.
El preció aún no está definido, pero podría rondar los 150.000 euros, una cantidad muy competitiva.