Nunca digas de este agua no beberé ni que existe un Ferrari feo. A lo primero te puedes ver obligado a poco que la sed se haga cuestión de vida o muerte, y a lo segundo puede que llegues antes de lo que te crees, por muy fan de la marca de Maranello que seas. Por ejemplo, echando un vistazo al Ferrari 342 America Cabriolet. Y eso que el diseño lo firma nada menos que Alfredo Vignale.
A ver, feo, lo que se dice feo, tampoco es que sea. Es normalito tirando a muy visto. pero es que decir eso de un Ferrari, seamos sinceros, es decir que es feo. Todo le puede venir por pertenecer a una parte de la historia del Cavallino un poco a contracorriente: La de producir coches más grandes con motores V12 dedicados a la conquista del mercado americano, o al menos de la parte con mucho dinero de ese mercado. De ahí el apellido de America. Sí, sin acento.
Y es que el valor del 342 le viene más por rarito que por otra cosa. De entrada es uno de los modelos más extraño entre los Ferraris de producción, el primero de tan sólo seis de su clase y el único de ella carrozado por Vignale. Se trataba de coches claramente dirigidos a altas personalidades. Uno de los "hermanos" de este 342, pero con carrocería de Pininfarina, perteneció al Rey Leopoldo de Bélgica, para que nos hagamos una idea de a quién tendríamos que mandar las invitaciones para hacer una fiesta si fuéramos de ese club.
El Ferrari 342 America de Vignale parece casi más inglés que italiano, pero su rareza le hace una de esas piezas de subasta que alcanzan precios muy altos. En este caso, hasta de 3 millones de dólares en la subasta de Monterey. Evidentemente es un Ferrari, que siempre viste bastante. Pero por no ser, ni siquiera es rojo.
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