Estilo que se aplica en todos los ámbitos, desde la encarnación del lujo representada por Rolls Royce, hasta una de las marcas punteras en deportivos extremos, McLaren. Todo cabe bajo el paraguas de los coches británicos.
Aunque fundada en 1884, Rolls Royce fabricó su primer automóvil en 1904. Bentley fabricaba motores de aviación antes de convertirse en fabricante de coches de lujo en la década de los 20 famosos por su fiabilidad mecánica. Aston Martin ya ganaba carreras incluso antes de llamarse así, en 1913, cuando aún era Bamford & Martin Ltd. Los Jaguar no se llamarían así si la Segunda Guerra Mundial no hubiera hecho difíciles de vender coches bajo una marca llamada Swallow Sidecar (SS). Land Rover fabricó su primer todoterreno en 1948, mientras que Lotus fue creada a comienzos de los años 50 y el primer Mini lanzado a finales de esa misma década. McLaren, la más jóven y deportiva de las marcas del Reino Unido, inició su andadura en 1989.
A la vista está que el siglo XX está repleto de las aventuras y desventuras de las marcas británicas de automóviles. Coches que se convirtieron en leyendas como los Jaguar Type E, el Mini o el Aston Martin DB5, el coche por antonomasia de James Bond. Y leyendas que terminaron por sucumbir en el tormentoso mar de los negocios, de resultas que automóviles británicos como el Land Rover sean fabricados para Tata, empresa hindú, o que Rolls Royce pertenezca a BMW de la misma manera que Bentley forma parte de Volkswagen.
Sea como sea, e independientemente de quién sea el dueño final de las marcas, los automóviles británicos siguen manteniendo ese algo que nos enamora y que hemos seguido con deleite y placer desde loff.it para que tú también te puedas enamorar de alguno de ellos. O de todos.