En Lunaz creen en los clásicos por una doble razón: porque nunca volverán a fabricarse coches como los de antes (ni por su diseño ni por el trabajo artesanal que suponía cada uno de ellos) y que a pesar de eso, o precisamente por ello, tienen futuro, eso sí, un futuro que pasa por la motorización eléctrica.
Esa es la razón por la que han elegido a uno de los vehículos más elegantes del mundo, un Rolls Royce, concretamente el Phantom, para volverlo a la vida conservando lo mejor de su diseño (su elegancia, su sofisticación, su aire regio tanto en su línea exterior como en sus acabados interiores, ese tono de importancia que aporta siempre este vehículo a quien viaja en él...) pero actualizando su motorización, ahora cuenta con una batería de 120 Kwh, la más grande nunca antes montada en un vehículo.
Estos Rolls Royce de Lunaz son únicos en el mundo porque cada uno de ellos se diseña al gusto de su futuro propietario, es decir, no hay dos iguales, lo único que comparten es su esencia de clásicos británicos de la automoción y su nueva motorización, lo demás es cosa de quien vaya a darse el lujo de aparcar uno en su garaje.
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