Superdeportivos. Hiperdeportivos. Hace ya tiempo que la palabra deportivo, aquella que definía los coches más veloces y de diseños más arriesgados, se quedó pequeña. Ahora un deportivo parece poca cosa, en comparación con verdaderas bestias que sobrepasan los 300 km/h de velocidad punta y bajan de los 3 segundos en acelerar de 0 a 100 km/h. Su aspecto los acerca más a naves espaciales que a vehículos de cuatro ruedas, rendidas las formas a la función y repletos los diseños de alerones, superficies, difusores y demás elementos destinados a conseguir ya sea velocidad o estabilidad, vectores ambos que forman parte del atractivo básico de coches que tienen en las cifras sus mejores argumentos ante los compradores o simples admiradores.
Por supuesto, reuniones como el Salón del Automóvil de Ginebra son el escaparate perfecto para que marcas y preparadores presenten al público sus creaciones, esperando ser los que más minutos de sueños y miradas de deseo provoquen en los visitantes y también, claro, en los lectores que dediquen un rato de su tiempo a revisar listas de sugerentes propuestas como la que estás a punto de comenzar...
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