Coches

Alpine A110. Alma de montañero, corazón de corredor

Con el nuevo Alpine A110 renace una leyenda de las carreteras europeas de los años 70.

Hay marcas de coches de las que es difícil nombrar un sólo modelo, como Ferrari, Lamborghini, Porsche... y hay otras, de menor tamaño histórico -pero no sentimental- que que se identifican para los aficionados casi en exclusiva con un único modelo. Este último es el caso del legendario A110 de Alpine, nacido en 1961 y dominador del Campeonato Mundial de Rallies en los primeros años 70. Cuatro décadas más tarde, y tras una larga época más o menos desaparecida del primer plano, la marca francesa quiere volver a las portadas y sobre todo a la mente de los amantes de los coches con un modelo que retoma el espíritu de aquel coche, el nuevo Alpine A110.

La inspiración nostálgica del nuevo Alpine A110 es clara cuando nos acercamos a sus líneas compactas y deportivas. Se nota que estamos ante un modelo que pretende ser ágil además de rápido, ante un coche cuyo habitat natural serán las cerradas curvas de los puertos de montaña antes que las grandes rectas de una autopista o un circuito. El frontal casi podría pasar por el del legendario Alpine de los 70, con el nervio central del capó y los dos pequeños faros como seña de identidad. Su línea es baja y su tamaño de 4,18 metros le hace compacto. En sus laterales destacan las llantas de 18 pulgadas de Otto Fuchs y en su trasera la ligera curva del maletero, la forma en x de los leds en las luces de freno, además de la evidente salida del escape. Construido en aluminio, el Alpine A110 es ligero, con tan sólo 1.103 kg. de peso.

El interior sólo tiene dos plazas, como corresponde a un deportivo puro, acomodadas en asientos en cuero tipo baquet fabricados por Sabelt y rodeadas de materiales de calidad correspondientes a una edición especial numerada -Première Edition- de 1955 coches, celebrando así el año de lanzamiento de la marca. La fibra de carbono y el aluminio están presentes en un diseño interior que pretende sobre todo servir para que el conductor esté lo mejor preparado para darle al Alpine lo que quiere: tomar curvas en una carretera de montaña.

Y para ello, más que los materiales del interior del coche, lo que importa es su motor de cuatro cilindros y 1.8 litros, que entrega una potencia de 252 CV y un par motor máximo de 320 Nm. Al combinar ese músculo con su ligereza, el A110 consigue acelerar de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos y alcanzar una velocidad superior a 250 km/h, aunque se haya limitado a esa cifra. El nuevo Alpine propone al piloto tres modos de conducción:  Normal, Sport y Track,para combinar la respuesta del motor, el funcionamiento de las suspensiones y las reacciones de la caja de cambios automática Getrag de doble embrague y siete marchas. El Alpine quiere lo mismo que nosotros: llegar a la próxima curva de la montaña más cercana.

 

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