Desde su fundación en 1973, el fabricante de automóviles deportivos Caterham Cars se ha dedicado a fabricar un solo producto, el Seven, de forma que la variedad de modelos del mercado se diferencian entre sí por los motores y sus prestaciones. Debemos hacer memoria y recordar que el Caterham Seven es una replica del Lotus Seven que se hizo popular en la década de los cincuenta, un coche diseñado por Colin Chapman con el objetivo de hacer un coche sencillo, que pudiera utilizarse en las carreras sin necesidad de contar con un alto presupuesto y que, a su vez, estuviera homologado para su uso en carretera convencionales. Aunque la firma británica afincada en Kent ha sido durante décadas fiel a esta premisa, el cambio se han dejado sentir y se comienza a dibujar una nueva era que permita a la marca perpetuarse en el siglo XXI.
Con la intención de celebrar el sexagésimo aniversario del icónico Caterham Seven, en el pasado Goodwood Revival 2016 se presentó el Caterham Seven Sprint, una edición especial compuesta por tan solo 60 unidades del bólido dibujado por Chapman y que nunca llegó a salir a la venta. Una versión libre del clásico Lotus Seven de innegable aire clásico que luce algunos detalles que Caterham había eliminado hace décadas. Entre ellos destacan los pasos de rueda delanteros, acampanados en lugar de los guardabarros de concha actuales, y la conocida parrilla con el 7, sustituida por una con lamas horizontales y verticales. Las llantas de 14 pulgadas son las del modelo 160, aunque en color crema y cromado. El escape lateral pulido, la suspensión, la barra antivuelco, los pilotos traseros, redondos e independientes, el logotipo clásico Caterham y las letras Seven Sprint remontan al Sprint a los primeros días de Caterham. Su carrocería estará disponible en seis colores, Cream, Mellow Yellow, Regency Red, Misty Blue, Camberwick Green y British Racing Green, los mismos colores originales que el fabricante británico disponía en aquellos años.
El habitáculo hace pocas concesiones a lo contemporáneo, si es que este concepto existe en estado puro. Los Seven Sprint son diferentes a cualquier otro modelo de Caterham disponible en este momento. Lo más destacable es su volante deportivo de madera con montura de tres radios de metal pulido, más grande de lo habitual en Caterham. Sin olvidarnos de todo lo demás, que también se ha trabajado para dar al Sprint su aspecto retro. La disposición del grupo de instrumentos Smiths, con el contador de revoluciones con los sectores rojo y amarillo, y con seis interruptores en el lado del copiloto, no puede ser más vintage, así como la tapicería de los asientos cosidos a mano, de un llamativo color rojo escarlata a juego con el revestimiento del salpicadero. Para rematar, una placa numerada muestra que la producción del Sprint está limitada a sólo 60 unidades, una por año a conmemorar. El motor que monta el Caterham Seven Sprint es el mismo motor Suzuki de tres cilindros sobrealimentado de 660 cc y 81 CV que el modelo Caterham Seven 160. Pudiera parecer poco pero, gracias a que pesa poco más de media tonelada, el Seven Sprint puede acelerar de 0 a 100 km/h en 6,9 segundos. Con sus cinco velocidades, este rendimiento es más que suficientemente para pasar un buen rato en un circuito o disfrutar de una conducción más tranquila y confortable en carretera. Su precio en el Reino Unido es de 27.995 libras esterlinas, el equivalente a unos 33.000 euros.
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