Bugatti, la exclusiva filial del Grupo Volkswagen, ha vendido su último vehículo del modelo Veyron. Después de diez años y un total de 450 vehículos vendidos, la producción de los coches más rápidos de carretera ha finalizado.
El Bugatti Veyron ha agotado oficialmente su producción, la unidad número 450 ha sido adjudicada, a un cliente de Oriente Próximo, por 2,3 millones de euros.
El Veryron es un descapotable, con techo rígido desmontable Grand Sport Vitesse con 1200 cv de potencia y 16 cilindros, este superdeportivo se acelera de cero a 100 km por hora en 2,5 segundos, a una velocidad máxima de 431 kmh.
“La Finale”, como se llama el último Bugatti Veyron de la historia, será exhibido en el próximo Salón de Ginebra en marzo, junto al primer Bugatti Veyron fabricado hace ahora diez años, el chasis número 1, y que como asegura Wolfgang Dürheimer, presidente de Bugatti, “sigue gozando de una apariencia extraordinariamente moderna”.
En 2004 Thomas Bscher, el entonces presidente de Bugatti, filial del Grupo Volkswagen , había asegurado en la planta de ensamblaje de Molsheim en Estrasburgo que "No vamos a fabricar automóviles que no estén bajo pedido." El que quisiera encargar por aquel entonces el coche más rápido y más caro jamás probado, tenia que desembolsar 300.000 euros con antelación.
En la planta de montaje de Bugatti, el llamado "Atelier Bugatti" en Molsheim, el fundador de la compañía francesa Ettore Bugatti, construyó entre 1910-1940 unos 8.000 coches de carreras y de lujo.
El Grupo Volkswagen adquirió los derechos de la marca Bugatti en 1998. En 2001, se decidió la producción en serie del superdeportivo y se le puso oficialmente el nombre de Bugatti Veyron 16.4, por Pierre Veyron, un piloto de fábrica Bugatti, que ganó las prestigiosas 24 Horas de Le Mans en el año 1939.
Tras la restauración de la sede principal de la compañía automovilística en Château Saint Jean, la producción del primer Bugatti Veyron comenzó en 2005.