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Audi A8. Porque los coches ya no son lo que eran. Son mucho mejores

El Audi A8 se renueva apostando fuerte por tecnologías como la conducción autónoma o la conectividad. Ha llegado el futuro.

Puede que en muchos caso sea verdad aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor, o simplemente es que coincide con que en cualquier tiempo pasado éramos más jóvenes y eso pesa mucho. Pero el razonamiento es de difícil defensa ante un coche como la última edición del Audi A8 recién presentada. Ya no se hacen coches como los de antes. Se hacen mucho mejores.

Hasta ahora, la gran revolución que suponía internet sólo había tocado a la industria automovilística de manera tangencial, aunque cada vez estuviera más presente en todas las parcelas que la componen, desde el diseño a la venta, pasando por la fabricación. Ahora ya se ha colado en cada uno de los vehículos para no desaparecer nunca. Y el nuevo Audi A8 es un claro ejemplo.

Porque bastante de la novedad que supone el nuevo modelo de la marca alemana se refiere más a su "inteligencia" que a su belleza o a su músculo, características de las que, por otro lado, ni mucho menos carece. Por fuera mantiene actualizado el clasicismo de su belleza, cambiando pocas cosas para que nada cambie, es decir, para que nos siga pareciendo un coche por encima de la mayoría.

En cuanto al músculo, el nuevo Audi A8 comenzará su andadura dándonos a elegir entre un motor de gasolina V6 3.0 TFSI de 340 CV o un diésel V6 3.0 TDI con 286 CV. En ambos casos Audi ha implementado la tecnología Mild hybrid mediante un equipamiento eléctrico que permitirá recuperar energía además de perfeccionar el funcionamiento del start/stop, rebajando de esta manera el consumo de combustible.

Con el modelo ya asentado en los concesionarios de la marca de Ingolstadt llegarán modelos más potentes, como el W12 de 6 litros, y el A8 L e-tron quattro, el híbrido enchufable de la gama, con 450 Cv de potencia combinada. Puede que la espera merezca la pena, si nuestra apuesta es por lo eléctrico.

Pero como decimos, es la inteligencia del Audi A8 lo que le convierte en toda una apuesta de futuro. Inteligencia que se pondrá de manifiesto nada más entremos en el coche y se encienda la pantalla central del salpicadero de 10,1 pulgadas, táctil, pero completamente manejable mediante gestos y voz a través del sistema MMI touch response. Menos botones y más pantalla para controlar todos los aspectos imaginables del funcionamiento del coche, desde los correspondientes al infoentretenimiento, como los de ergonomía o comodidad, estos últimos casi ilimitados en la combinación personalizada de sus parámetros como corresponde a un modelo de la clase del nuevo A8.

Otra apuesta del nuevo modelo, posiblemente la más avanzada y novedosa, es su incorporación al terreno de la conducción autónoma. De entrada el A8 dispone de sistemas como el AI traffic jam pilot, para situaciones de atasco con velocidades inferiores a 60 km/h, donde le podemos entregar el control total del coche. De la misma manera, el nuevo Audi A8 podrá entrar o salir de una plaza de parking de manera completamente autónoma hasta el punto de que no será necesario ni ocupar nuestro sitio al volante.

Por supuesto, todas las tecnologías y características de la conducción autónoma dependerán de la legislación vigente en cada territorio sobre el particular, de la misma manera que se irán añadiendo nuevas funcionalidades según esas mismas leyes y tecnologías se vayan modificando. No olvidemos que el Audi A8 es un coche conectado a las redes desde el que podremos estar conectados en todo momento y lugar.

No, ya no se hacen coches como los de antes. Y ojalá se hagan muchos como el nuevo Audi A8.