Coches

Alfredo Vignale, la inspiración de Ford

El hombre que creó carrocerías para marcas tan importantes como Ferrari, Lancia o Alfa Romeo es el modelo elegido por Ford para lanzar su marca de lujo.

El diseñador Alfredo Vignale nació en la pequeña localidad italiana de Grugliasco hace más de un siglo, en la provincia de Turín. Y poco a poco fue aprendiendo los entresijos de la profesión de la mano del maestro carrocero Battista Farina, más conocido como Pinifarina, en los talleres de Stabilimenti Farina.

Terminada la Segunda Guerra Mundial, que había causado estragos en Europa, los italianos empezaron a sacar a las calles los coches que habían mantenido escondidos para evitar que fueran dañados. Fue en aquella época cuando los hermanos Vignale adquirieron un Fiat Topolino que estaba seriamente dañado y decidieron diseñar una nueva carrocería creada por ellos mismos. Este hecho fue recogido por la revista británica ‘Autocar’ y su difusión fue tan exitosa que a los hermanos Vignale enseguida empezaron a lloverles los encargos, tantos que en 1948 crean su propia firma, ‘Carrozería Vignale’.

La empresa creada por Alfredo Vignale se especializó en trabajos para las principales marcas italianas: Fiat, Lancia, Alfa Romeo, Ferrari o Cisitalia. Pero también llegaron encargos procedentes más allá de las fronteras italianas, como fue el caso de la marca estadounidense Cunningham, por ejemplo.

A finales de los 60 los cambios económicos fueron demasiado fuertes para pequeñas compañías como la de Vignale cuya producción a pequeña escala unida a los excesivos costes de produción llevaron al diseñador italiano a rendirse y vender en 1969 la empresa a DeTomaso, que un lustro después, en 1974, fue absorbida por Ford.

Ahora, en pleno siglo XXI, Ford recupera la esencia Vignale con la creación de la versión Vignale del Mondeo. La multinacional estadounidense quiere crear un aoferta premium usando el nombre del diseñador italiano, para el que cada detalle en la elaboración de un coche era esencial. Ahora, el equipo de diseño del Ford Vignale quiere mostrar esa misma atención por los detalles, la pasión por lo visual y el deseo de un trabajo bien hecho y atractivo. El resultado: un coche donde se aprecia el lujo y el trabajo bien hecho.

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