Lo que ves es una bicicleta que se llama The Minimal Bike. Y lo que ves es lo que hay, nada más. Parece poco, pero es mucho. Mucho más que una bicicleta normal.
Por ejemplo, algo que no podemos ver son los nombres de sus creadores, el ciclista y diseñador Bran Moens, todo un nombre en esto de los pedales, y Aart Roeland, amigo de Moens y a su vez diseñador industrial. Juntos decidieron desarrollar una bicicleta urbana compacta y ligera que estuviera fabricada en fibra de carbono. El resultado es The Minimal Bike.
En ese juego de no ver para ver, lo primero que no vemos al observarla con detalle son otros materiales que no sean la fibra de carbono -sobre todo- o el aluminio. The Minimal Bike tan sólo pesa 6.7 kg, lo que la convierte en un vehículo que te transporta fácilmente y que a la vez es fácil de mover, algo sumamente importante en una bicicleta que se sabe urbana, un escenario donde los kilos siempre sobran entre escaleras, puertas, esquinas, aglomeraciones y demás rutinas cotidianas del pedal en la ciudad.
Tampoco vemos adornos innecesarios y si mucha elegancia en el diseño llevado a cabo por Moes y Roeland. Su manillar en forma de ala la hacen manejable y sus cables escondidos la convierten en algo que parece moverse por sí sola, algo venido de un tiempo futuro. The Minimal nunca parece fuera de lugar en ningún rincón por donde la veamos y parece cómoda, discreta, bella, elegante, sigilosa, ligera y veloz, todo junto y por separado.
Es posible que en un futuro, el diseño de The Minimal Bike reciba un motor eléctrico. A poco que siga el estilo y respete su carácter, estamos seguros que, por mucho que a simple vista no lo podamos ver, será algo grande. Como mínimo.
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