Bicicletas

SZ Equilibrium bike: el diablo está en los detalles

Aunque la veas tan sencilla la SZ Equilibrium bike es una bicicleta perfecta porque en ella todo detalle cuenta.

Le bon Dieu est dans le détail. God is in the detail. El diablo está en lo detalles. Lo diga yo, lo diga Mies van der Rohe o lo diga Gustave Flaubert. Son los detalles los que hacen funcionar la máquina, el conjunto completo. Lo son también en esta bicicleta, no una más, sino “esa otra” bicicleta, una italiana de las ruedas al sillín: SZ Equilibrium Bike.

Seguridad, confort y estilo en un equilibrio perfecto. Y todo cuidado al mínimo detalle. Y eso es todo y lo es todo. Esa cosa tan italiana que se refleja a lo largo de la historia de la excepcionalidad. Este era el reto de los italianos de SZ Bikes.

El resultado es la SZ Equilibrium, perfecta en todos los detalles. Para su construcción se utilizan básicamente 3 materiales ligeros y resistentes, el aluminio para el marco, la fibra de carbono y un resistente y cómodo plástico para el sillín Spyder Saddle. Luego están el resto de las pequeñas cosas que acaban definiendo la experiencia de poseer y montar esta bicicleta, desde los puños del manillar cubiertos con unas suaves almohadillas, el freno delantero hidráulico para mayor seguridad o las dos ruedas dentadas para alcanzar más fácilmente mayores velocidades, hasta el cambio automático de dos velocidades suave y eficiente para mejorar el confort de marcha y disfrutar de ese paseo en bici.

A simple vista lo más llamativo son sus llantas que se pueden configurar en hasta seis llamativos colores (fucsia, rojo, naranja, amarillo verde y azul) para ser visto en todo momento, con el bastidor en antracita o en aluminio (ya salen hasta 12 combinación diferentes). Pero la SZ Equilibrium tiene una cosa más que nos llama la atención, quizás por la experiencia personal de Stefano Zellner, el fundador de SZ Bikes (Sí, SZ, Stefano Zellner) o ese especial cuidado con las necesidades de los clientes, la vida o la funcionalidad: cómo asegurar la bici para que no te la roben. Y no con una barra o una cadena, no, con algo más efectivo: una alarma antirrobo sonora de 120 decibelios con luces LED para evitar en la medida de lo posible el antojo ajeno, con un mando a distancia para activarlo o desactivarlo.

Sencilla, ligera, segura (con todo lo segura que puede ser una bicicleta), con mucho estilo y con un precio nada desorbitado de 650€ la edición en aluminio y de 700€ en antracita, se ha convertido en una de nuestras favoritas por el resultado de un producto que se aprecia, sobre todo, en los detalles. Le bon Dieu…