Barcos

Cómo construir tu propio barco

The Balmain Boat Company, o el Ikea del mar.

Hubo un tiempo en que navegar era algo que sólo hacían los intrépidos, los valientes y los locos. Hubo un tiempo en que aventurarse sobre las aguas era un ejercicio de ingenio, creatividad, de ensayo y error. Hasta que el hombre, fuera donde fuera, desde el continente africano a la las lejanas Molucas, encontró mil y un modo de flotar y avanzar para explorar y conquistar el mundo. Hubo un tiempo en que las embarcaciones se hacían a mano, con el conocimiento transmitido de generación en generación, de padres a hijos.

Hoy la navegación no es un misterio para la humanidad, se construyen grandes barcos, pequeñas embarcaciones, desde un kayak hasta los megapetroleros más grandes, pero el oficio, aquel oficio de construir pequeñas embarcaciones con la satisfacción de verlas ir tomando forma pieza a pieza hasta verlas flotar y navegar parece algo lejano, de un pasado lejano.

El diseñador Australiano Andrew Simpson pensó en esa satisfacción de construir con tus propias manos algo como un barco y en la complejidad de hacerlo de modo que pudiera perdurar en el tiempo y en la vida la satisfacción de disfrutarlo. Así nació The Balmain Boat Company, una compañía que vende en EEUU y Australia pequeñas embarcaciones prefabricadas y listas para ser ensambladas, con una premisa: que cualquiera pueda construir su propio barco.

Cada bote, de 2,3 metros de largo (lo justo para llevarlo cómodamente sobre cualquier cualquier coche) en un paquete de 3x0'7x2'3 metros, incluye las piezas precortadas en planchas de contrachapado, listas para soltarlas y empezar a montar y sellar, el mástil, la vela y los aparejos, además de las instrucciones para montarlo como si de un mueble de Ikea se tratara. Sólo necesitas un taladro y un martillo para ensamblar todas las piezas y la pintura que elijas para sellarlo y personalizarlo. Cuesta al cambio cerca de 2000 euros y admite hasta 3 personas a bordo e incluso que le añadas un pequeño motor fuera borda para rematar la experiencia, aunque el placer final de los pequeño Balmain Boats es el de botarlo y dejar que la brisa llene la vela de nuestra pequeña embarcación con la satisfacción de navegar sobre un barco que ha construido uno con sus manos y que tus hijos podrán disfrutar orgullosos ahora y siempre.

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