Nadie sabe con seguridad quién es su propietario, aunque son muchos los que señalan con el dedo en dirección a Jalifa bin Zayed Al Nahayan, presidente de los Emiratos Árabes Unidos.
En la pelea por ver quien lo tiene más largo (nos referimos al yate), este jeque ha desbancado al multimillonario ruso Roman Abramovich.
El Azzam tiene 180 metros de eslora; supera en 15 metros los 165 metros del megayate “Eclipse” del propietario del Chelsea, que ha quedado eclipsado por el poderío económico procedente de los petrodólares.
Diseñado por Nauta Yachts, el Azzam ha sido cosntruido por el astillero alemán Lürsen, que se lo entregó a su propietario a principios de este año.
Todo en este yate privado es excesivo. Su precio: más de 600 millones de dólares (unos 477 millones de euros); sus medidas: 180 metros de largo (eslora) y 20,8 metros de anchura (manga); sus cuatro motores: dos diésel y dos de gasolina, los cuatro con 23.500 caballos de potencia, lo que le otorga un total de 94.000 caballos; y su sorprendente velocidad: llega a alcanzar los 30 nudos (unos 56 kilómetros por hora).
A pesar de estos impresionantes números (el largo de este yate equivale a colocar 12 autobuses en línea) y de sus cinco niveles de altura, el Azzam cuenta con un calado máximo de sólo 4,3 metros, lo que le permite navegar en aguas poco profundas.
Del interior del yate han sido muy pocos los detalles que se han dado a conocer, aunque sabemos que cuenta con todo tipo de lujos y que su decoración corrió a cargo del reconocido interiorista Christophe Leoni.
Se calcula que mantener este megayate cuesta la friolera de 60 millones de dólares al año (unos 45 millones de euros), pero también existe la posibilidad de alquilarlo por semanas por un precio que rondaría los tres millones de dólares (algo más de dos millones de euros). Como se ve, el Azzam no está al alcance de cualquiera, puesto que el yate más grande del mundo, la gran ballena blanca de los mares, no es cualquier yate.
Galería de imágenes
-
1
-
2
-
3
-
4
-
5
-
6
-
7
-
8