Stromboli, la más legendaria de las Eólicas, la que fuera el inicio del mítico viaje de Julio Verne al centro de la Tierra, la isla inmortalizada por Rossellini e Ingrid Bergman, tierra de acantilados, vientos salados, volcanes y aguas turquesas. Ya algo más al norte, en el corazón de Riviera italiana se alza la villa de Portofino, enclavada entre una exuberante vegetación y arrullada por el mar; el paraíso de la Costa de Liguria que con su clima suave enamoró a Ava Gardner, a Humphrey Bogart y, como no, a Domenico Dolce y a Stefano Gabbana.
Portofino y Stromboli, lugares intrínsecos a la herencia de Dolce & Gabbana, son también la fuente de inspiración de su último lanzamiento, dos nuevas versiones en edición limitada del ya clásico Light Blue: Dreaming in Portofino para ella y Living Stromboli para él. Un homenaje de los diseñadores a dos paraísos de ensueño, un tributo al sol, al mar y a la sensualidad mediterránea, un claro reflejo de la 'dolce vita' DG que esta vez se envuelve de aromas veraniegos, cálidos y espumosos. La campaña, protagonizada por Anna Jagodzinska y a David Gandy sumergidos entre las aguas trasparentes del Mediterráneo, no puede ser más tórrida, apasionada y provocante. Con olor a mar y a espuma y evocando los deliciosos días estivales, ambas fragancias se encierran en frascos azul zafiro coronados con tapones en blanco escarchado.
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Dreaming in Portofino: Notas de salida de lichi besado por el sol y almizcladas semillas de ambreta se funden sensualmente en suntuosos tonos florales de cremoso iris y de embriagador osmanthus. El ámbar resinoso y el pachulí amaderado dejan tras de sí una estela delicada e imprimen un embriagador recuerdo de los momentos de eterna contemplación.
Living Stromboli: Fusión de frescura y sensualidad, esta innovadora eau de toilette mineral acuática está clasificada como “agua amaderada”. Pura, poderosa e intensamente masculina, sale con refrescantes notas de cítricos y pimienta rosa, seguidas de frescos acordes acuáticos realzados por la claridad del geranio. El ahumado ámbar junto con el pachulí y el musgoso vetiver, ofrecen una perdurable resonancia.