Encontrar el perfume adecuado no es tarea fácil. Ni rápida. Pero dar con el tuyo, con ese que parece concebido solo para tu piel, te brindará un momento único, algo así como reconocerte. Así que prueba y prueba. No desistas. Y si alguno parece seducirte, intenta dormir con él y mira a ver cómo te sienta percibirlo al despertar. Si te hace sonreír, ya lo tienes. Es una prueba infalible.