Perfumes

Prada se hace a la mar con Luna Rossa Sport

La última fragancia masculina de Prada vuelve al océano. Luna Rossa Sport llega en pocas semanas con una mezcla intensa de especias y maderas.

Prada se despide del verano con una importante novedad que llega en forma de fragancia masculina. Se trata del lanzamiento de su última colonia, bautizada como Luna Rossa Sport y que viene a completar el universo Luna Rossa de la firma, en el que todo gira en torno a la temática de la náutica. A la venta dentro de pocas semanas, a finales de septiembre, la gran aportación de esta fragancia es que trata de unir el concepto fresco de una colonia 'marina' con las notas y acordes más 'terrenales' de las especias.

De hecho, se podría decir que estamos ante una pirámide olfativa exótica y que, en vez de un navío de última generación, lo estamos haciendo en los lentos barcos que, hace ya varios siglos, se dedicaban a explorar los Mares del Sur en busca de nuevas especias y comerciar con ellas. Y es que el aroma tiene notas ricas, sensuales y atabacadas del haba tonka, pero también de la vainilla de Polinesia, a la que se suma la lavanda, siempre vibrante.

La presencia de la lavanda no podía ser de otro modo, ya que es esta flor la que le da la impronta distintiva a las fragancias de la línea Prada Luna Rossa, avivando el corazón poderoso e intenso de su aroma. No son los únicos ingredientes. Daniela Andrier la ha diseñado, bajo la dirección creativa de Miuccia Prada, añadiendo una explosión de jengibre y bayas de enebro.

Todo un cóctel que se desvela elegante y refinado. Tanto como el frasco, que ismboliza la fusión del espíritu del mar con la excelencia técnica de los veleros de hoy en día. Se yuxtaponen líneas y efectos estilizados para crear un efecto metálico como el del velero Prada Luna Rossa, ráfagas de rojo intenso y un estuche que contrasta texturas.

Toda una belleza de aroma y de frasco que seguro que atrapa a más de uno por su exquisito diseño. Disponible en dos tamaño, 50 y 100 ml., su imagen es el modelo Tim Schummacher, que ha sido fotografiado por Craig McDean. Todo un acierto.