Perfumes

Paco Rabanne abre las puertas de su Olimpo femenino

El diseñador lanza su nueva fragancia Olympéa, en la que juega con el mundo clásico para crear una historia olfativa de feminidad y sensualidad.

Paco Rabanne lleva desde 1969 jugando a construir historias a través de sus perfumes. Ya lo hizo en 1969 con Calandre y, desde entonces, no ha parado. La última de estas fantasías olfativas tiene nombre sensual y evocador, tanto como el jugo que contiene el frasco. Se trata de Olympéa, que es la respuesta femenina a la exitosa Invictus, la creación masculina que lanzara hace dos años.

Con Olympéa, Rabanne toma la idea clásica de ser la elegida por los dioses, la que se escoge entre todas las demás y sobrepasa a todos por su audacia y su éxito. Lo hace con una estética griega en todos los aspectos relacionados con el aroma, desde el frasco a la campaña, pasando por la imagen gráfica y los tonos de color elegidos. Domina el rosa, las columnas de mármol, los atrios romanos... y vuelve Nick Youngquest como dios absoluto. En este caso, con la brasileña Luma como imagen de la fragancia.

El frasco es obra de Marc Ange, diseñador romano que ha elegido una mezcla de códigos antiguos y contemporáneos para crear un círculo perfecto sobre una corona de metal cobrizo moldeada con gallones. Todo un trabajo orfebre que se remata con un tapón joya. Además, en la caja, aparecen las alas de la victoria.

Gran simbolismo para un aroma sensual en el que dominan acordes de vainilla y notas florales. Se trata de una colonia oriental fresca, con la mandarina verde fortaleciendo la salida, además de lirios y jazmín. Se magnifica con sándalo y ámbar gris, consiguiendo un resultado en la línea de los aromas afrutados y dulces de Rabanne.

El Eau de Parfum se distribuye en tres formatos: 100 (91 €), 50 (75 €) y 30 ml. (52,50 €). Aparece al mismo tiempo que un extracto de perfume, en un frasco más pequeño. Un guiño a la alta perfumería de principios del siglo XX.