Christian Dior decidió que el secreto de la moda no solo residía en volver a las mujeres más bellas, sino conseguir que también fuesen más felices. Es por esto que decidió ampliar su sofisticación y elegancia al mundo de los perfumes, del que Dior Addict salió a la luz en el 2012 como una explosión de energías, carcajadas, colores y feminidad. Dos años más tarde la maison decide aportarle a este concepto la vitalidad de la frescura a través de Dior Addict Eau de Toilette, un perfume hecho para una mujer llena de juventud.
La heroína de Dior Addict se representa a través de Sasha Luss, encargada de poner rostro al último trabajo de la firma. La campaña, dirigida por Ryan McGinley, recrea la jungla y el lujo de la ciudad a través de diferentes escenas en las que la ostentosidad de chimeneas de mármol y lámparas de cristal contrasta con la inocencia felina de la modelo rusa. Un contraste que se encuentra dentro de este frasco en el que se mezclan la mandarina de Sicilia, la bergamota de Calabria o el neroli de Túnez.
Una campaña que supone una oda a la seducción despreocupada y alegre que Dior despierta en las mujeres seguras de sí misma, con una espontaneidad clave que hace de Dior Addict Eau de Toilette la mejor opción para cautivar e irradiar vitalidad.