El verano está a la vuelta de la esquina y Lancôme nos presenta su última colección de fragancias, pensadas para disfrutar de cada instante. Para eso, la firma decide utilizar el emblema de uno de los mayores éxitos de la perfumería francesa para identificar a cada mujer. Ô es la progatonista de esta temporada.
Llegó y descubrió un milagro. En 1969 Ô de Lancôme concentró la madreselva, los cítricos, el romero y el jazmín en un solo frasco y transformó un simple agua fresca en un auténtico perfume. Esta hazaña hizo que la firma francesa se conviertese en uno de los mayores referentes en el mercado.
Hoy día, Lancôme nos premia con una edición limitada de tres frascos donde ondean las olas del mar y se esconden los más profundos secretos. La frescura se instala en tres perfumes característicos por su composición. Ô de Lancôme nos permite pasear cítricos radiantes, pachulí y vetiver al tiempo que sentimos el goteo de rocío sobre nuestra piel. Así, se convierte en un icono de la perfumería moderna.
Ô d’Azur nos acerca el mayor de los lujos: el caviar de limón de Calabria. Un perfume delicado a partir de la rosa damascona de Turquía, con un toque de picardía gracias a la pimienta rosa originaria de Ecuador que exaltarán el resplandor de las flores. Sin duda alguna se trata de una auténtica joya que mimar y lucir en las mejores ocasiones.
Pétalos de jazmín sobre aguas cristalinas y, de fondo, la madera. Esta es la esencia de Ô L’Orangerie. Un toque dulce y fresco con suaves y melosos acentos que lucir en los atardeceres en la playa.
Lancôme presenta un estuche evocador de esos largos días estivales que no pararán de recordarnos la frescura eterna y lo especial de la firma francesa.
Galería de imágenes
-
1
-
2
-
3
-
4