Decoración

El invierno de las mil y una noches

Diptyque nos propone un viaje sensorial a oriente a través de sus tejidos y sus aromas... a través del fuego.

El fuego forma parte del principio, así lo consideraban los griegos, el principio de la vida junto con el agua, el aire y la tierra... y el éter, como quintaesencia de ese principio, como el elemento que recogía todo lo que no era natural y terrenal y escapaba al entendimiento humano.

Quizá sea por esa tradición de fuego que el baile de una llama se enreda de forma fácil con nuestras emociones y, sencillamente, nos encanta. Y nos encanta si cabe más cuando se viste como visten tejido y aroma las velas que hoy os mostramos...

Diptyque nos propone para este invierno un viaje sensorial a oriente desde el 34 del Boulevard Saint Germain, a través de sus tejidos y sus aromas... a través del fuego. Este viaje toma forma, color y aroma en tres velas que son a su vez la evocación del viaje que emprendieron en su día Christiane Gautrot, Desmond Knox-Leet e Yves Coueslant, tres amigos con tendencia natural a la belleza.

Se trata de tres velas cuyo diseño se inspira en la geometría de las alfombras kilim tejidas a mano por artesanos nómadas de oriente. Sapin Doré es oro, esmeralda y olivino, Oude Ambré rubí con pátina de oro y Oliban azules de una noche estrellada. Aunque no sólo el tejido de las indias de Marco Polo sirve de inspiración a estas velas, también los aromas de las mil y una noches...

El aroma que emana de Sapin Doré se compone en los vapores helados de las espinas de pino, esencia de gálbano de Irán, eucalipto y pino de Siberia; abeto, cedro, pachuli y Artemisa de Marruecos... Aromas balsámicos y cálidos en un acogedor verde y elegante oro.

De Oude Ambré, la más asiática de las tres esencias, nos llegan efluvios de madera de oud y a especias... azafrán, jenjibre, nuez moscada, canela picante y pimienta negra; también cedro, pachuli, palo santo y artemisa; ámbar, vainilla, haba tonka e inciensos de Somalia. Un aroma intenso y profundo, absolutamente evocador e hilarante en apasionado rubí y lujoso oro.

Oliban es incienso de Somalia, mirra y vertiver de Java con limón de Italia y resina de alemí, bálsamos de Perú y benjuí; es el aroma de una noche, y mil más, iluminada en un cielo estrellado; es quizá la vela y el aroma de la noche más mágica del año, esa en la que realidad y ficción se tocan para cumplir sueños...

La colección que conforman estas tres propuestas de tejido, aroma y fuego estará disponible a partir de noviembre en formato de 190 gramos; sapin doré y oliban también en formato de 70 gramos. No olvides que es una edición limitada...

Diptyque

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