Estoy desnudo ante el agua inmóvil. He dejado mi ropa en el / silencio de las últimas ramas. / Esto era el destino: / llegar al borde y tener miedo de la quietud del agua.
Alguien ha entrado en la memoria blanca, en la inmovilidad / del corazón. / Veo una luz debajo de la niebla y la dulzura del error me hace / cerrar los ojos. / Es la ebriedad de la melancolía; como acercar el rostro a una / rosa enferma, indecisa entre el perfume y la muerte.
Hablan los manantiales en la noche, hablan en los imanes del silencio. / Siento la suavidad de las palabras olvidadas.
* Libro del frío. Antonio Gamoneda
LA INSPIRACIÓN
Escenario: Damascos y sedas en un interior inglés
Se acerca el otoño. Es agosto; lo anuncian los pétalos y las ramas de arbustos de moras de nuestro amado un jardín inglés. Hay sombras en el agua (L'ombre dans l'eau); es la hora del té, del té y de las flores. Huela rosas de Bulgaria sobre un lecho de savia de hojas de casis. La bergamota y la mandarina suavizan el verdor. Mientras degustamos la delicada infusión se cuelan notas frescas y chispeantes: son las rosas de Damasco que envuelven los sentidos. Con los últimos rayos la biblioteca se oscurece con el ámbar gris y los almizlces. Ahora estamos todos, también la melancolía.