(…)
Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.
* Ítaca. Konstantínos Kaváfis
LA INSPIRACIÓN
Escenario: al calor de la noche.
El viaje ha sido largo, pero la promesa de llegar a las ansiadas termas de Cartago ha aliviados todos y cada uno de los contratiempos. Allí conocen bien el arte del cuidado (L'art du soin); allí descansaremos antes de emprender la ruta.
Mucho ha transcurrido desde cuando iniciamos la travesía (¡oh mágica Calabría), a ciegas, sin rumbo preciso. Ahora atesoramos deleites y sinsabores; placeres y desconsuelos; días de zozobra y noches estrelladas (¡oh cálido amanecer en la bahía de Alejandría). PNo hay camino corto; no lo hay si no se disfruta del trayecto.