Christian Dior era un hombre apasionado que no dudaba en dejar patente todo aquello que alentaba sus emociones refiriéndose a ello con un j'adore; de aquel adorar tanto, que no era más que un modo de poner palabra a sus pasiones confesas, nació un perfume floral y sofisticado, rotundo, único, terriblemente arrebatador... J'adore.
Y J'adore es ya un clásico por su aroma, por su evocación dorada y también por su frasco que evoca la silueta de un vestido de alta costura de la maison Dior, una muestra en cristal del New Look inaugurado por Dior. Y es también un clásico por su modo de mostrarse...
Dior estrena un nuevo visual para J'adore dirigido por Jean-Baptise Mondino, la pátina sigue siendo de oro, la femineidad y la belleza siguen corriendo de cuenta de Charlize Theron y el vestido, como no podía ser de otro modo, de la maison Dior; el escenario es la espectacular Galería de los Espejos del Palacio de Versalles con la que Luis XIV, el rey sol, quería deslumbrar a todo aquel a quien decidiese conceder audiencia; Charlize camina con paso firme y vestida en oro a través de la historia para finalmente elevarse sobre ella y descubrir el skyline de una ciudad moderna y viva que mira y camina siempre hacia el futuro.
Esa es la idea y el concepto que subyace a la nueva imagen de J'adore, admirar el pasado pero pasar sobre él, entender que no es un lugar para quedarse sino sólo para el recuerdo y, si acaso, los sueños y caminar con paso firme, elegante, sofisticado y sugerente hacia el futuro como hace Charlize.
El futuro es oro, dice Charlize, y no le falta razón, porque el futuro es el tiempo que ansiamos y, a la vez, el que tememos perder, la maison Dior nos lanza así unas gotas de perfume al fondo de nuestra intención regalándonos optimismo y sofisticación, el paso firme te toca ya darlo a ti...