Perfumes

Carat, la joya aromática de Cartier

Carat es lo último de Cartier y no es una joya, es un perfume, una fragancia como un diamante.

Dicen en Cartier que Carat brilla como un diamante a pesar de ser un perfume y no una piedra preciosa; cabe que lo haga, al menos a primera vista, por el magnífico frasco que lo contiene, uno que sí parece un diamante por más que sea de cristal pero cabe también, y no lo decimos nosotros sino la perfumista de cuya nariz nace esta nueva fragancia -Mathilde Laurent-, que sea porque este nuevo perfume emula el brillo de un diamante en sus colores gracias a la combinación de esencias florales de la que nace.

Violeta, índigo, azul, verde, amarillo, naranja y rojo son los colores y cada uno de ellos nace de una flor: violeta, lirio, jacinto, ylang ylang, junquillo, madreselva y tulipán; todas estas flores, juntas, superponen sus matices olfativos y sus colores ¿el resultado? un perfume como un diamante.

¿Te habías preguntado alguna vez a qué huelen los diamantes? ahora puedes descubrirlo, es más, ahora puedes oler tú como un diamante y si puedes hacerlo es gracias a Carat, la nueva fragancia de Cartier, una esencia que se define no como una gratificación instantánea sino como un shock, no como una rutina sino como una joya invisible, define el despertar de nuestros sentidos sin ser una cuestión de género porque el perfume es la libertad del yo, del individuo de uno mismo... en definitiva, el perfume no es armonía, en contra de lo que otros defiende, es la magia del desequilibrio, de la emocionalidad y de la vida.

Si lo pensamos bien no tendremos más remedio que reconocer que el perfume es, efectivamente, una joya que no se ve, es el halo que anuncia nuestra presencia y también el que deja una estela tras nuestro paso, si es verdad que la primera impresión es la que importa porque es la que queda el perfume es, sencillamente, tan esencial como imaginamos y por eso Carat, un perfume como un diamante, se nos antoja una tentación irresistible.