Acababa de amanecer. Era demasiado pronto para ella pero ese día había decidido levantarse pronto para recorrer la ciudad mientras aún conservara parte de su calma nocturna. Buscaba edificios impactantes, callejuelas escondidas, gentes dispuestas a contar historias del pasado y lugares que retratar con su cámara de fotos.
Y así, caminando por la ciudad, se encontró con lo que dentro de un par de horas iba a convertirse en un mercado y que en ese momento únicamente estaba compuesto por una hilera de puestos en los cuales los mercaderes aún colocaban sus objetos más preciados. Se paró a observar e inmediatamente los ojos se posaron sobre lo que a primera vista parecía un pequeño frasco negro con un tapón dorado y plata, un tesoro.
Ese objeto, una joya traída del este, podría haber sido perfectamente el nuevo pintalabios de Christian Louboutin. El diseñador, cuya imaginación nunca se conforma con lo cotidiano, se ha inspirado en la sensualidad que derrochan las joyas traídas desde países lejanos para convertir un básico de belleza en una pieza exclusiva. Porque toda mujer lleva una barra de labios en su bolso, pero si además este llama la atención por su apariencia, esta se puede convertir en su aliado de belleza.
Con detalles Art Deco, la parte superior lleva una pequeña anilla que permite que se pueda convertir en un colgante siempre que su dueña lo desee. Y como no podía ser de otra forma, el tono elegido es el rojo. Un rojo inolvidable, impactante y duradero. Pero no solo uno, sino decenas de Rouge Louboutin agrupados en tres tipos: silky satin, velvet matte y sheer voile. Resiste hasta cuatro horas, deja un acabado brillante y satinado e hidrata los labios al mismo tiempo que les da un color intenso y sensual. Así es Rouge Louboutin, una joya para utilizar en ocasiones especiales.
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