En el universo sensual, elegante y colorido del número 30 de la Avenue Montaigne (París) el arte siempre ha entrado por la puerta grande y ha sido una de las grandes fuentes de inspiración para los diseñadores de la Maison. Dalí, Calder, Klee, Picasso o Giaccometti han desfilado libremente por los salones de la legendaria casa ocupando un lugar privilegiado en el corazón de su creador; el idilio fascinante entre arte y moda que comenzó en 1947 con Christian Dior y su mujer flor hoy sigue vivo y, fiel a su espíritu, estalla con la pasión metálica de Anselm Reyle.
Conocido por su audacia y su excitante juego de materiales, texturas y colores, el artista alemán se ha sumergido de pleno en el espíritu Dior para crear una nueva colección de maquillaje y accesorios de alta costura que sacude todos los códigos de la mítica casa, un giro urbano ultra moderno que reinterpreta bolsos, clutches, zapatos y bufandas iluminándolos con colores flúor y efectos atrevidos. En algunos modelos –Lady Dior y Miss Dior– Reyle superpone el camuflaje sobre el legendario cannage de los bolsos creando una explosión de color audaz y una sensación de movimiento que acentúa, si cabe, su elegancia: violeta metalizado con pespuntes naranjas, rosa flúor, dorado eléctrico, triángulos coloridos…, la Maison Dior deja a carta blanca al artista berlinés para transformar todos sus clásicos en una exclusiva Edición Limitada.
Mucho neón y print animal para una paleta cromática vanguardista donde el camuflaje y el brillo toman las riendas del maquillaje más chic de Dior en una combinación de tonos originales y atrevidos: violetas, grises, negros con efecto mate o ahumado dibujan una mirada sofisticada complementada por una divertida gama de lacas de uñas; un quinteto eléctrico de tonos neón igualmente osados: morado Ultra-Violet, negro profundo Untitled black, rosa intenso Pink Graffiti, azul vibrante Electric Blue y plata sutil Metallic Silver.
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