Dicen que anhelamos la eterna juventud y que incluso venderíamos nuestro alma al diablo a cambio del elixir que la contenga... pero nosotras sabemos que no es cierto, no es la vida eterna lo que buscamos sino tiempo que llenar de vida y de belleza, una longevidad tan hermosa como la orquídea.
En Guerlain conocen el alma femenina, saben de nuestras ansias secretas, quizá sea por eso que sus buscadores de tesoros, sus científicos, no dudaron en dedicar tiempo de estudio a la orquídea, una flor longeva, diversa y bella. De esos estudios nacía una línea de productos que llega hoy a su tercera generación: Orchidée Impériale, cuya magia no es otra que el tiempo porque eso es lo que regalan a nuestras células cutáneas: tiempo de vida y, en ese tiempo, belleza.
En el Orchidarium de Guerlain, un lugar único en el mundo, tres variedades de orquídea -gold orchid, vanda teres y vada coerulea- confiesan a tiempo los secretos de su belleza y su longevidad y, según estas concesiones de las flores van sucediendo, se enriquece más la gama Orchidée Impériale.
Densidad, firmeza, frescura, elasticidad... son sólo algunos de los regalos que las orquídeas de Guerlain guardan para nuestra piel; los enredadan en una crema de textura suave y perfume sutil que atenúa todo rastro de tiempo y de cansancio en nuestro rostro, al que otorgan de este modo más vida y más belleza.
Tan mágico y delicado ungüento no puede contenerse en cualquier envase sino en uno de incuestionable belleza; en vidrio grueso y transparente, de tapón dorado, con cuerpo azul y adornos de joyería, recuerda la magnificencia del clásico lujo egipcio en el oro y lapislázuli de la máscara de Tut-anj-amón.
Orchidée Impériale es tiempo y es belleza, en definitiva, algo innegable a tu piel.
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