El tiempo pasa, y a nosotros estos cinco meses se nos han pasado en un plis. Digamos que igual ha sido el verano, que como se hizo para disfrutar, y cuando de eso se trata el tiempo pierde tedio y gana velocidad, pues ni cuenta y nos plantamos en septiembre.
Por lo que dos meses después, dejábamos atrás a los bebés de la guardería, para ir al cole de mayores, y empezar a ser "medianos" que para ser grandes va a tener toda una vida. Y de eso yo doy fe.
Un nuevo uniforme, nuevos amigos, nuevos lugares, nuevas profesoras y un sistema bilingüe que nos ha ido regalando curiosas anécdotas, han ido haciendo mella en la vida de Teresa y en la nuestra. Ella mucho más a favor del pichi que del chandal, todo hay que decirlo, al que se resiste sin éxito lunes y jueves, tras un sonoro "¡yo no quiero chandal!" que suele venir precedida de la pregunta "¿hoy que toca Mamá?"
Así con un 97% de percentil de altura, que la sitúa en los 100 centímetros, y una constitución atlética, que es como pone en su "Reconocimiento Médico Anual", nos plantamos en los 3 años. 365 días pasados en los que Teresa se ha desenvuelto con mucha soltura, afianzando carácter, ganando una autonomía que ella batalla con absoluto tesón, y definiendo gustos, que encuentran en el rosa "su color", en la sopa su plato preferido, y en clásicos como El Libro de la Selva o Alicia en el País de las Maravillas, lo que podríamos definir como sus películas de cabecera.
Y como imaginaréis, nuevo año, nueva celebración. Con familia, grandes ausencias y muchos y bueno amigos. Algunos de la guarde, otros del cole y también de "la pandi" de la urbanización. Un círculo que cada año aumenta, porque su ser social y sus ganas de divertirse se lo ponen muy fácil.
Digamos que esto ha sido un resúmen. Muy breve a todas luces, porque cinco meses dan para mucho muchísimo. Pero no deja de ser un nuevo comienzo que a la de tres, por sus años, nos sitúan en un horizonte delicioso de nuevas situaciones por compartir.
Galería de imágenes
-
1
-
2
-
3
-
4