Ahora todo es asombroso para sus ojos. Grandes descubrimientos que se esconden detrás de cada objeto. Y entre las innumerables cosas, están los libros.
Desde muy pequeña aprendí a amarlos. No sólo por sus historias, también por sus ilustraciones, por su tacto, por el grosor de sus páginas. Y reconozco que si los libros tuvieron tanto impacto en mi vida fue por la temprana cercanía que tuve con ellos. No recuerdo bien cómo eran mis primeros libros, los ilustrados, los que enseñan las vocales, los colores y qué animales hacen muuuuu, beeeee o guau guau, pero de lo que sí puedo acordarme es de la sensación que me producía la lectura y de cómo con el tiempo me fue estimulando hasta escribir mis propias historias.
De ahí que quiera que Teresa empiece a verlos como parte de su entorno, desde su habitación, desde nuestras mesillas, desde nuestras áreas de trabajo. Verlos y tocarlos, que el siguiente paso ya lo daremos contándole las mil y una historias que hay tras cada texto.
Sin duda hay muchísimo donde elegir, cientos de libros, millones que buscan despertar el gusto por la lectura. Pero no tantos son bonitos, armónicos, bellos... que también es importante.
Y ahí va nuestro descubrimiento. En el jardín y En el cielo. Dos libros de Anette Tamarkin que nos enamoraron. Parecen pequeñas obras de arte en papel. Cada hoja una pequeña escultura que puedes ir modelando No es un libro para ahora, Teresa no puede ni cogerlos, pero sí que puede ver sus dibujos, sus intensos colores y esas formas que aparecen y desaparecen en forma de pestañas que movemos bajo su asombro.
En comparación con los clásicos libros de animales, números, y colores chillones sin más, estos son únicos. Tal vez si desconociéramos su existencia…pero fue echarles un vistazo y enamorarnos de ellos. Nosotros y ella. Sobre todo ella.
No obstante atendiendo a sus pequeñas manos, y a esa falta de coordinación propia de sus cinco meses, nuestra última adquisición fue Adivina cuánto te quiero, un libro para abrazar. La versión bebé del cuento de Sam McBratney. De tela, blandito y con una historia de amor que Teresa no hace más que llevarse a la boca. Será porque le resulta muy apetecible.
Con estos libros le queremos dar la bienvenida a Teresa al extraordinario mundo de la lectura, de la imaginación, de los sueños con letras mayúsculas. Mientras tratamos de establecer con ella un hábito, que bien podría empezar con el #bañocenacuento de nuestra querida @Berta1974.
* BiblioKeTa en Madrid y El Hada Lucía en Las Palmas son dos librerías infantiles, muy, pero que muy recomendables.