Lo simple en muchas ocasiones es bello, una sencilla flor por ejemplo, de ahí el arte “ikebana”.
En muchas ocasiones nos perdemos en la sofisticación de lo complejo y perdemos de vista la belleza de lo que tenemos a nuestro alrededor, por la sencillez que posee.
¿Cómo vivirías cada día si te entrenaras en percibir la belleza de las cosas sencillas que haces, que ves, que oyes, que sientes, etc.?
Te invito a que te pongas una alarma que suene cada 3 horas y que justo en ese momento hagas una pausa en tu actividad y tomes conciencia de una de esas cosas sencillas y bellas que hasta ahora te había pasado desapercibida.
Ten cuidado al seguir esta invitación, podría cambiar tu estado emocional.