Hace unos días me llamó la atención un comentario que un amigo puso en Facebook, hablaba de unos padres que tras el partido de fútbol de sus hijos, se enzarzaron en una activa discusión sobre si la estrategia, la técnica u otras cuestiones propias del juego, habían sido las adecuadas; si el árbitro lo había hecho bien, si el entrenador había estado a la altura, y así un sinfín de comentarios que tenían como trasfondo ganar o no partidos.
Muchas veces confundimos ganar en algo, con tener éxito. El éxito es mucho más completo, mucho más rico en matices. Cuando uno gana en un deporte, otro pierde. No puedes ganar si otro no pierde. En la vida, se puede tener éxito y a la vez que los demás también lo tengan. El éxito además incluye el que te sientas satisfecho por lo que has realizado, más allá del resultado, más allá del exterior, sencillamente porque tú has entregado tu alma y corazón en ese proyecto, en esa aventura. Por que te sientes satisfecho de tus actos, porque estás feliz de ser quien eres.
¿Cuántas veces has actuado en contra de lo que la mayoría decía y aun así te sentiste bien porque en el fondo de tu corazón sabías que era lo correcto? Esto es éxito.
No podemos perder de vista el objetivo de para qué practican deporte los niños. Si es para lograr convertirse en una super estrella o si es para educarlos de forma más rica. Porque de qué sirve ser una super estrella siendo una persona pobre en el interior.
Y esto es responsabilidad de todos, no únicamente de los entrenadores, o de los profesores, también de los padres, o de cualquiera que participe de algún modo en la vida de los niños o adolescentes. Ya que de un modo u otro, no sabemos quien puede dejar una impronta en ellos que les marcará para el resto de su vida. Si ha de ocurrir, que sea positiva, de modo que entre todos construyamos una cultura de éxito sano, de bien hacer, por encima del ganar o perder. Por que no hay mayor pérdida en la vida, que el perder la oportunidad de desarrollar todo tu potencial. Y no hay mayor éxito que saber que estás viviendo una vida de provecho, de actitud positiva y de ayuda a los demás, donde no solo ganas tú, sino que haces que los demás también ganen.