Mucho antes que nosotros, nuestro antepasados creaban espacios donde poder sentirse protegidos y a salvo de lo que sucedía en su mundo. Se escondían en cavernas donde podían aislarse de los problemas, miedos y peligros exteriores, y estar con ellos mismos en un estado de mayor paz y tranquilidad.
El gran líder y maestro Nelson Mandela, ya en 1970 decidió cultivar un huerto en su prisión en la isla de Robben, donde poder apartarse de los problemas y preocupaciones del mundo exterior, e incluso del interior de la cárcel. Un lugar donde podía concentrarse en cuidar de algo que crecía, que cuidaba, que era positivo y creativo, donde incluso, podría encontrarse con él mismo.
Hay muchos tipos de cuevas o huertos donde podemos encontrar nuestro espacio de paz, de creatividad y de positivismo, hemos de encontrarlos, según quién seamos nosotros así nos funcionará mejor uno u otro. Puede ser la lectura de cierto tipo de libros, un paseo en la naturaleza, meditar, bailar, pintar,... son múltiples las opciones que ante ti tienes, elige una y lánzate a crear un habito de ella, de practicarla con más y más frecuencia, de convertirla en parte de tu vida, de tu rutina, de forma que cada día tengas tu espacio, tu momento de estar con la persona más importante de tu mundo, tu.
Crea tu propia cueva.