Un proverbio africano, dice que si quieres llegar rápido a algún sitio, tienes que ir solo; pero que si quieres llegar lejos, entonces tienes que ir acompañado. Me encanta la sabiduría que esconden los proverbios del mundo, porque ésta ha sido sometida al duro juicio que supone el paso del tiempo, y si ha sobrevivido a estas tremendas pruebas de verificación, según yo lo veo, podemos estar seguros que entonces es una verdad que con toda probabilidad envejecerá más que nosotros.
Es cierto que para tomar decisiones rápidas, para poder marchar a buen ritmo, es mejor hacerlo en solitario, ya que el tiempo que requiere escuchar las otras opiniones, llegar a un consenso y luego discutir cuál es el ritmo de la marcha, o que éste sea marcado por la persona que vaya más lenta, no ayuda a que se alcance el destino de forma veloz. O al menos, en la mayor parte de los casos así es, tanto si lo vemos desde la perspectiva de la vida personal, como si lo vemos desde la profesional, piénsalo por un momento.
Ahora bien, no es menos cierto, que el nivel de enriquecimiento que podemos lograr, al tener a nuestro alcance perspectivas distintas de la nuestra, que enriquecen nuestro punto de vista y nuestra comprensión de lo que estamos tratando, así como el tener el soporte y ayuda para realizar las acciones que sean necesarias, por parte de un equipo de personas preparadas, motivadas y con capacidad de lograr resultados, puede hacer que donde en otros escenarios un proyecto fracasaría, aquí se esté asegurando el éxito. Digamos que aquí también aplicaría esa frase popular, que dice que cuatro ojos ven más que dos, y está claro que dos cerebros piensan más ampliamente que uno solo.
Probablemente por esto es que el proverbio africano afirma, que se puede llegar más lejos, porque como le ocurrió a la tortuga cuando compitió con la liebre, se trata de ser constantes, y que cada paso que demos pueda ser un avance, rápido o lento, pero un paso adelante, un paso lo más sólido posible. Y desde esta perspectiva podríamos observar a nuestro alrededor, y ver la cantidad de cosas, o logros que hemos obtenido, y que no hubieran sido posibles sin la ayuda de otras personas. Desde algo tan simple como dar al interruptor y que se encienda la luz, hasta el poder alimentarnos o poder trabajar, sea lo que sea a lo que te dediques profesionalmente.
Eso sí, el ir acompañado no es gratis, requiere de cierto sacrificio, como por ejemplo aceptar que no siempre llevarás razón. Pero siempre estos "sacrificios" pueden verse desde su enfoque positivo, el darte cuenta de que no llevas razón, te permitirá evitar errores que te retrasarían en tu carrera de lograr éxitos. Trabajar con un equipo, te lleva a desarrollar mucho más tu capacidad de escucha que la de habla.
Siempre podrás elegir que trayectos necesitas hacer rápidamente, y cuales necesitas asegurarte de llegar lejos. Lo bueno de esto, es que puedes elegirlo por tramos, de forma que selecciones la mejor combinación de acompañamiento o camino en solitario, según proceda o creas que aportará más valor a la aventura que estés viviendo. Te invito a que de aquí en adelante, esta elección sea consciente, y de este modo puedas ir más rápido y más lejos en todos los retos que te propongas, y sobre todo que disfrutes del camino y éste te haga más sabio, más valeroso.