Hemos sido bendecidos desde nuestra concepción y más aún desde nuestro nacimiento, con milagrosas habilidades. Somos capaces de coordinar millones de células para que nuestro cuerpo funcione perfectamente. De forma inconsciente, sin tener que pararnos ni un segundo a pensar, se producen infinitos procesos en nuestro cuerpo que nos permiten movernos, respirar, alimentarnos, disfrutar, etc. Y todo ello, sin que siquiera una vez tuviéramos que planificarlo, aprenderlo, estudiarlo o incluso decidirlo. Así de maravillosos somos.
Y no está nada mal, ahora bien, esto no es todo, existe un mundo infinitamente más amplio y complejo más allá de nosotros, que si queremos comprenderlo, utilizarlo e incluso atraerlo a nosotros, hemos de estudiarlo y vivirlo, con lo que esto conlleva de éxito y fracaso.
Lo que te voy a decir a continuación ya lo sabes, si quieres aprender a jugar bien al tenis o al golf por ejemplo, te compras libros, ves vídeos, contratas un curso o un entrenador personal, es decir, haces algo al respecto, para acelerar tu aprendizaje y evitar el tan tedioso y largo: prueba y error. Por que además podrías tardar tanto en aprender que, o bien pierdas la motivación y abandones, o no logres un mínimo de destreza en esta vida. Y lo mismo sucede cuando quieres aprender un idioma, en este caso además, viajas al país donde se habla, te sumerges en su cultura y sus distintas entonaciones, dialectos, etc. haces una inmersión en aquello que deseas aprender a fin de cuentas, ¿es así verdad?
Tal y como recitaba una canción popular española, solemos decir que lo más importante en la vida es tener salud, dinero y amor, aunque no necesariamente en este orden. Bien, entonces yo me pregunto, si esto es lo más importante para la mayoría de la población ¿por qué no invertimos ni un euro, ni un minuto de nuestro preciado tiempo en aprender sobre ello, en sumergirnos en estas cuestiones?
Dedicamos ingentes cantidades de dinero y tiempo al año a aprender ciertas cosas que pueden mejorar un poco nuestra vida personal o profesional, pero no dedicamos ni un 5% de nuestros ingresos a aprender y saber más sobre estos tres aspectos que podrían cambiarnos la vida, cualquiera de ellos.
Si deseamos tener más dinero, ¿por qué no estudiamos al respecto? inversiones, planes de ahorro, intereses compuestos, etc.
Si deseamos estar mejor de salud, ¿por qué no aprendemos más sobre alimentación, deporte, descanso, etc.?
Y como no, si deseamos sentir más amor en nuestra vida, ¿por qué no profundizamos más sobre relaciones personales, sobre lo que te enamora y lo que no, etc.?
Piensa que no todo nos ha sido dado, pero sí se nos ha puesto a nuestro alcance, y aun más con el fácil y barato acceso al conocimiento gracias a la tecnología, tienes que poner de tu parte, y de esa forma podrás lograr lo que te propongas, no sentando esperando, sino en acción hacia donde tus anhelos te indican.