The Sunday Tale

Y celebraron la vida

La vida en tus manos, oponiéndose y rindiéndose a tus ideas y tus planes en una lucha desigual que quizá puedas vencer...

Mientras se enfundaba un Chanel con sumo cuidado de no estropearse el peinado ni el rojo de sus labios, se preguntaba cómo había llegado a aquel día... cómo era posible que tuviera que ir sola a la boda de alguien que un día fuera una amiga y hoy poco más que una conocida; se puso los tacones de vértigo y escándolo para lucir unos centrímetros por encima del suelo, cogió su elegante bolso de tachuelas y la duda se fue disipando en su cabeza... tras sus gafas de incógnito, pendientes de chopard y un anillo asilvestrado en su mano como nota discordante.

Había sido cosa de él... y él estaba de viaje -por trabajo- dijo... ella se prohibió pensar que hubiera más ni mayor motivo y ahora se veía en la tesitura no sólo de ir sola a un evento semejante, sino de responder preguntas al respecto de su ausencia afrontando la absurda manía de indagar en vidas ajenas que tanto divertía, o al menos entretenía, a algunos.

Llegó tarde, como había previsto, tras ver caer la última gota del tiempo, pero a tiempo de sentarse en los últimos bancos de la iglesia para escuchar cómo el sacerdote le preguntaba a la novia aquello de hasta que la muerte os separe... siempre le había parecido una pregunta tremebunda, más que para responder afirmativamente felices, para salir corriendo, claro que nunca pensó que llegaría el día en que eso sería lo que vería...

Un sonoro -no- escapó de labios de la novia, quien se giró en un aspaviendo, como en un tango apasionado, saludando con descaro a su estupefacto novio -cásate con ella- añadió mirándolo además con media y sádica sonrisa justo antes de tomar el pasillo central y caminar sola hacia la puerta; al llegar al final de la nave se giró de nuevo, esta vez mirando hacia los sorprendidos rostros que seguían sus pasos, y el halo de su aroma, camino de la calle -el ágape nos espera- anunció -¡celebremos la vida!-.

Para cuando él llamó el ágape era un vago recuerdo y ya habían corrido ríos de tinta, champgane, Federica y ron por una no-boda a su hora en punto... La conversación no pudo menos que llenarse de risas por las emociones ligeramente ebrias de ella y la sorpresa de él ante el evento que se había perdido, ambos se mostraron muy deacuerdo con la novia en cuestión pues eran los dos fieles creyentes de aquello de no casarse para el resto de su vida.

Despertar un domingo sola tras una no-boda, venía a ser igual que tras su afirmativo, de ahí la necesidad imperiosa de una ducha, aire y un café; se sentó en la alfombra apoyando la espalda en el sofá, la noche previa daba vueltas desordenada en su cabeza pero sonaba siempre de fondo la misma frase, la de la novia que dijo no... celebremos la vida...

Escribió unas líneas en su libreta y salió a la calle a pasear la vida...

-No importa cómo, dónde ni con quién... hoy es así, mañana, quizá, sea de otro modo pero siempre y en cualquier circunstancia, es la vida en tus manos, oponiéndose y rindiéndose a tus ideas y tus planes en una lucha desigual que quizá puedas vencer... celebrando la vida.-

Life Looks Good

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