Sonrió sobre su copa helada antes de besar el dulce licor que contenía, sintió el delicioso sabor del vodka caramel y bajó con la copa sus ojos a la mesa ... el largo rato de charla compartida, de miradas que se cruzan y se pierden, el Milú con el que regaron la cena o el dulce sabor del caramelo ... sabía que relajarían en exceso su mirar … y podría él entonces leer en sus ojos como quien lee en un librito de tapas de cartón …
Pero no era en sus ojos, era en sus labios dónde él se había perdido ... en su dulce y tímida sonrisa, dibujada trazo a trazo de un rojo profundo y envolvente … labios que bailaban nerviosos, emocionados por la sensualidad de la música, el misterio de la tenue luz, la magia de la noche ... temerosos de mostrar el camino hacia sus besos …
Salieron juntos a vivir una noche de moda y sueños, de calles y encuentros, de manos que se abrazan para no perderse ... él con un puzzle en la muñeca, empezando a recomponerse, a encajar sus piezas como las de la maqueta en la que había empleado sus nervios aquella tarde … ella con Venecia entre sus dedos, sintiéndose un poco Julieta de Capuleto dispuesta a no rendir su sentir más que frente a un amor verdadero.
Caminaba ya solo, mirando al suelo y observando el acompasado movimiento de sus zapatos, no porque le interesara o atrajera en exceso sino para esconder la imborrable sonrisa en sus labios, la inmensa emoción en sus ojos … porque no necesitó palabras para saber que ella estaba ahí, aún lejos y dispuesta a plantar batalla ... estaba ... y sintiéndose tan envuelto en su perfume como por el profundo amor que un día los unió, siguió caminando sin rumbo ni destino, saboreando el despertar feliz de aquello que un día creyó muerto ...
Tampoco pensaba ella en dormir … había sentido esa noche su aroma diferente … con algo de nervios, inquietud o ansia, miedo incluso y percibió también su convicción y la pasión de siempre; mientras borraba el azul y rosa de sus ojos desnudándolos así de su atuendo, descubrió lágrimas en ellos … eran las lágrimas de quien acaricia un sueño, de quien lo siente cercano y alcanzable … de quien se siente capaz de abrazarlo …
Y es que aquella noche los unía un mismo sentir … Life Feels Good
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