Se marchó al salón, dejando a las chicas en la habitación inmersas en su frenesí de prendas, y se acomodó en el sofá dispuesto a abstraerse del mundo a través de una novela … una "robada" de la biblioteca de ella, una de chicas, una de esas novelas que le gustaba leer de cuando en cuando con la esperanza de llegar a entender algún día el universo femenino ... el botón naranja de fondo, alejando un paso el eco de las risas femeninas que paseaba la casa ... y era en sí mismo un perfecto acompañamiento de las líneas que leía.
La cosa surgió como una broma, una conversación con su hermana y su sobrina que terminó con un – ah! ¿quieres ser personal shopper? te ofrezco mi armario como banco de pruebas … - Y allí estaban ambas, tía y sobrina, entre una cama repleta de prendas de colores y frente a un armario vacío.
Un armario debe estar únicamente ocupado por prendas bellas y útiles – sentenció la joven – ah! si?! – preguntó ella con cierta gracia, acomodándose en un rincón de la cama que había logrado liberar del abrazo de sus ropas y dispuesta a ver a su personal shopper en acción.
- Lo más bello suele ser siempre lo más nuevo - pensaba mientras veía a su sobrina pasar de los pantalones a las faldas, de ahí a las camisas para acabar en los jerseys … - bello, nuevo; un tanto aséptico quizá, sin vida, sin vivir … dispuesto a llenarse de vida -. Abstraída estaba divagando así alrededor de sus últimas adquisiciones cuando vio a su sobrina apartando algunas prendas que …
- ¡Alto ahí señorita! … -
- pero si esto es de los tiempos de … -
- oh! alto! - insistió - algo que nunca debe hacer un personal shopper es recordarle a su asesorado dígito alguno relacionado con su tiempo sobre la faz de la tierra! … - (risas) - y respecto a esto … - rescató de las manos de su sobrina un par de camisetas … - hay prendas que tienen vida, la que has vivido con ellas … son prendas absolutamente atemporales para tu piel porque te abrazan, te acomodas en ellas … y esas siempre van contigo y con tu armario … -
- vale pero no te las pongas nunca –
No pudo evitar pensar que los nuevos adolescentes eran dolorosamente pragmáticos a veces … pero cambiarían, cambiaría, pensaba, porque nada hay tan humano como la sensibilidad y antes o después, se rendiría a ella.
Llegaron a los zapatos … si la ropa había de ser bella y útil no iban a ser menos los zapatos … descartaron algún par por inútilmente incómodo, algún otro por absolutamente demodé o de belleza dudosa … se quedaron con los nuevos, claro, y con alguno ya más caminado, más vivido … alguno que ella quería guardar para calzárselo si el camino se empinaba porque conocían bien su andar y su destino, no la llevarían nunca a mal lugar …
Quedó sobre la cama alguna prenda no muy usada, bella, pero no nueva; a su sobrina le encantaba … y al grito de ¡vintage! celebró que su tía se las regalara … recordándole de paso cuántos años llevaba a la espalda … - a ayer por la tarde llamáis vintage – protestó bajito para que su sobrina no la oyese – (adolescentes del demonio...!).
Mientras la joven se cambiaba para estrenar su nuevo look vintage, ella se entretuvo preparando el widget que pensaba incluir en su web esa misma tarde ... y se dejó atrapar después por ThePapas and TheMamas como cada sábado … se confesaba absolutamente engancha a la columna, sorprendida y emocionada por un sentir todavía desconocido para ella, por una emoción que sabía latente en su vida ... quizá algún día …
- Queridas, os recuerdo que nos esperan para comer ... al sur de la calle Houston ... -
Aligeraron el paso camino del restaurante, el frío no animaba a quedarse en la calle y el aire hacía imposible cualquier conversación sin recurrir al grito, caminaban en silencio ... y ella dejaba divagar su mente, al tiempo que jugueteaba con su brazalete, hacia los años vividos, las decisiones tomadas, los pasos al frente, los años por venir, los sentimientos latentes ... el futuro por hacer.
Life Looks Good
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