The Sunday Tale

Fantasmas

Los fantasmas van y vienen a su antojo, a su deseo, a sus anhelos…

Observó su rostro pálido, mirada ausente, manos inquietas… y, antes de que pudiera ver ni decir nada, la pantalla se fundió en negro y, ante su silencio y desconcierto, el portátil quedó abandonado a medio cerrar sobre la mesa y ella se recostó vencida en el sillón.

Él ocupó la silla de la que ella se había levantado, queriendo tan solo hacerse presente y mostrarse cercano sin invadir la mente bulliciosa y revuelta que no parecía encontrar tampoco acomodo en el sofá.

- Me asustan los fantasmas – dijo ella entonces hablando más para sí misma que para él – van y vienen a su antojo, a su gusto, a su deseo, a sus anhelos… pululan por donde quieren, te invaden y abandonan libremente… nunca sabes cuándo van a marcharse y, cuando al fin lo hacen, no sabes cuándo volverán… - él se removió incómodo en la silla y acabó sentándose en la alfombra, junto al sofá, junto a ella…

Le inquietaba no saber y no entender, nunca le había asustado monstruo ni fantasma alguno, jamás los había sentido más que como personajes de un buen cuento o de un mal sueño… - quizá no vuelvan – acertó a decir, y ella lo miró que si fuese él mismo el fantasma hecho persona – siempre vuelven – afirmó con profunda convicción y un inmenso halo de realidad y sueño en sus ojos.

- Los fantasmas existen – continuó clavando en él sus ojos velados – a veces se confunden entre los sueños y se sienten como los miedos que escondes… -  él la dejaba divagar con la esperanza de lograr entender, en algún momento de aquel disparatado discurso, a qué se debía la desazón que parecía haberse adueñado de ella – uno espera sus miedos, los sabe y conoce bien, los siente al acecho cada día… pero a veces los fantasmas se desnudan ante ti y los que creías tus miedos vuelan, se diluyen y evaporan, se hacen pequeños e insignificantes ante la oscura sombra de los fantasmas…-

Su profundo realismo lo llevó a lanzar una pregunta - ¿quién es el fantasma? - ella lo miró con cierta condescendencia, como quien mira al niño que no entiende, negando en un solo gesto, más que por respuesta, el sentido de la pregunta.

- Un fantasma es un aroma 0 un color, una suerte o el azar... - él la interrumpió entonces - nada más que una evocación o un recuerdo... - ella asintió - un recuerdo de una suerte, de un azar bueno... de la volatilidad de la vida y sus momentos... de lo que afortunadamente fue y podría, por el mismo azar, dejar de ser... - Él sonrió entonces sabiéndola a su merced y su suerte, sabiéndose poseedor de la última palabra en aquella diatriba imposible... - sí... si eres un triste, sólo los tristes confían en el azar más que en las suertes que puedan construirse ellos mismos -

Ella se rindió entonces a su dulce abrazo lanzando una metálica y desafiante mirada hacia el portátil dejado sobre la mesa...

Life Looks Good

Salir de la versión móvil