The Sunday Tale

En el bolso

Cerró la puerta suavemente mientras sonaba La Chica de Ayer … bajito, para acompañar más que para ser escuchada.

Cerró la puerta suavemente mientras sonaba La Chica de Ayer … bajito, para acompañar más que para ser escuchada. No le gustaba dejarla sola pero hacía meses que aquel fin de semana en la nieve estaba organizado y fue ella misma quien cerró cualquier posible discusión anunciando que se quedaba con loff.it a superar tranquilamente su tos profunda mientras los demás disfrutaban de un sol de nieve.

Recostada en el sofá sonrió al leer el mensaje de su sobrina, ella cuidaría de que ninguna locuela tonteara con él … En su inbox había también un cuídate, dos te quiero, un llama si necesitas algo … Era agradable sentir el cariño en un mensaje … Dejó de sonar la chica de ayer y se fue a loff.it, en busca del botón naranja para que no le faltara una buena nota en sus oídos.

Se quedó atrapada en la portada, sabía que sería así, siempre le sucedía, a veces era una imagen, otras un titular, en otras ocasiones era la mezcla de luz y color que la convertía en un cuadro … de un modo u otro, le resultaba imposible entrar en loff.it y no quedarse, al menos, un rato …

Lo imaginó con su sobrina haciendo cabriolas sobre la nieve con sus tablas y no pudo evitar una punzada de rabia al ver una botella de champagne a enfriar …  se consoló prometiéndose una escapada con él a Sierra Nevada antes de que la primavera pusiera fin a la nieve.

Vega le arrancó una sonrisa … sonaba como yo no hay dos … y le pareció bien, estupendo, de hecho porque es de esas cosas que tiene uno que decirse de vez en cuando ante los tsunamis de realidad que tratan a veces de engullirnos.

Le encantó descubrir el regreso de Ginger Belle y una vez más se deleitó en el mar de sensaciones de The Papas and The Mamas, esas sensaciones profundas, tan desconocidas y a la vez tan latentes en sí misma.

Le pareció sentir el aroma del lirio acuático de Bulgari mientras se adentraba en el Mar Rojo dispuesta a perderse en sus corales … cuando la sorprendió un pequeño temblor en su piel ... Fiebre.

Dejó el ordenador sobre la mesa y se acercó a su particular botiquín ... para tumbarse de nuevo a descansar, a dejar a su cuerpo en paz, a no exigirle ni un esfuerzo más que su guerra contra los virus … Volvería a loff.it, cuando la batalla terminara, así cargaría pilas para la próxima contienda …

Life Looks Good

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