Mezclar escritores y alcohol ofrece posibilidades literarias casi infinitas. Desde como lo hicieron los más famosos dipsómanos literarios —Poe, Hemingway, Carver, Tennesse Williams, Fitzgerald o Bukowski—, hasta los alcohólicos de ficción nacidos de las plumas de ilustres abstemios. Sin embargo, pocas veces se ha indagado en las adicciones femeninas. Tampoco es extraño. El mundo del bar, los desmanes y demás consecuencias de las borracheras de libro han formado parte de un territorio donde la mujer no era bien recibida. Laura Becherer y Cameo Marlatt se han saltado la tradición con Un cóctel propio. Un exquisito tratado de combinados para damas letraheridas con lo mejor de sus textos y los sabores para recordarlas.
Antes de presentar el delicioso cóctel de escritoras elaborado por Laura Becherer y Cameo Marlatt, tenemos que hablar de Zelda Fitzgerald. Nacida en los albores del siglo XX, la niña Sayre fue la pequeña de seis hermanos. Puede que el nombre elegido por su madre (Zelda) marcara su carácter rebelde, su ideología poco convencional, su brillante inteligencia y su extraordinaria creatividad. Zelda Sayre Fitzgerald quiso serlo todo en la vida: deportista, bailarina, pintora, también escritora. Pero en todo fracasó. A final, la compleja heroína de Alabama ha pasado a la historia como la mujer de Francis Scott Fitzgerald.
Él, el autor de El gran Gastby, llevó una vida tan polémica y desbaratada como la de su compañera. Todo se le perdonó. Su condición masculina y su deslumbrante genialidad literaria contribuyeron, sin duda. Sobre todo la primera. Aunque se ha hablado mucho de su afición al alcohol poco se cuenta de su carácter controlador. Se bebía los gintonics como si no hubiera mañana y en ellos diluyó sus letras, su vida y el talento de su mujer. No sólo la encerró en diversas clínicas mentales y ahogó todas sus iniciativas artísticas; dicen que también usó fragmentos de los diarios de Zelda para escribir gran parte de su obra. Pero no pudo plagiar el que se convirtió en Save Me the Waltz (Resérvame el vals), cuya publicación provocó la cólera del señor Fitzgerald: se parecía demasiado —¡qué casualidad!— a Suave es la noche.
Mucho tiempo después, la novelista estadounidense Kate Zambreno trasladó los acontecimientos más desconocidos de la biografía de Zelda Fitzgerald a Heroínas, un retrato del anonimato social del talento femenino; un manifiesto para mujeres tóxicas, borradas de la historia, que finalmente recuperan la voz en páginas ajenas.
Ahora sí os voy a hablar de Laura Becherer, Cameo Marlatt y un pub de Glasgow. Allí fue donde, con un whisky en una mano y las heroínas de Zambreno en la otra, las autoras comenzaron a gestar Un cóctel propio. A partir de la vida de Zelda y otros exasperantes ejemplos de creadoras injustamente ignoradas, Becherer y Marlatt fueron hilvanando historias de escritoras que tuvieron un destino parecido. Su charla fue subiendo de tono hasta que decidieron trasladar al papel su arrebato de furia feminista. Así nació este exquisito entramado de recetas con alcohol, vidas complejas, mentes privilegiadas y escritoras extraordinarias de todos los tiempos.
“Nuestra intención era confeccionar un proyecto en el que se les diera a las mujeres un espacio propio; o mejor que un espacio, todo un libro”, explican las autoras en el prólogo. “Este libro ha sido diseñado no solo para ofrecer recetas de cócteles de lo más granado, sino también una selección de escritoras maravillosas, de diversa condición y de abundante talento”.
Simone de Beauvoir, Doris Lessing, Marguerite Duras, Isabel Allende... Cincuenta recetas de cócteles inspirados en cincuenta escritoras: clásicas como Jane Austen, Virginia Woolf o Sylvia Plath; contemporáneas como Margaret Atwood, Toni Morrison o Zadie Smith. Cada autora lleva su perfil, sus lecturas recomendadas, su pequeña ilustración y un cóctel dedicado a ella conectado con su vida o su obra. Fernando Vicente ilustra la coctelería, Savannah Marlatt los magníficos retratos de las escritoras protagonistas.
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Un cóctel propio: combinados para damas letraheridas. Laura Becherer y Cameo Marlatt. Traducido por: Héctor Arnau. Ilustrado por: Savannah Marlatt y Fernando Vicente. ISBN: 9788417281175. Nórdica Libros