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Todas las mujeres de Eduardo Galeano

Un homenaje a las mujeres que festejan la vida porque no se resignan y en cuyas figuras Galeano reivindica la dignidad del ser humano.

Eduardo Germán María Hughes Galeano, nacido en Montevideo y criado en el seno de una familia de profundas convicciones católicas, el futuro genio de las letras tuvo primero la idea de convertirse en santo. Pero, por lo visto, no le fue bien con la santidad y a los veinte años se inició en el periodismo de vanguardia como editor de la revista Marcha, junto a otros escritores como Mario Benedetti.

Claro que tanto su ideal sobre la libertad y los derechos humanos, como su narrativa comprometida con la miseria moral y material y su actitud rebelde contra la hipocresía del poder no encajaban en el ambiente despótico de su país natal ni muchísimo menos en el de la Argentina de acogida, de donde tuvo que huir tras ser incluido en la lista de los condenados del escuadrón de la muerte de Videla. De modo que entre 1973 y 1985, fecha en la que al fin pudo regresar a Uruguay, su vida fue un ir y venir entre dictaduras, memorias, desobediencia e ilusiones (a veces frustradas) sobre el futuro de América Latina.

Brillante, independiente, polémico entre las esferas conservadoras, Galeano construyó su propio lenguaje literario. Un lenguaje mordaz, rotundo, agudo y sutil no exento de ese peculiar sentido del humor que convierte lo frecuente en excepcional. Y en ello subyace su genialidad narrativa. En crear desde lo pequeño, en transformar lo (aparentemente) insignificante en la máquina que mueve el mundo. O que debería moverlo.

La realidad se vuelve chiste de humor negro: “Hay que apretarse el cinturón”. “No puedo. Me lo comí ayer".

Y es que el defensor de Los nadie y las causas perdidas soñaba con un mundo que no existe. Por ello hizo de la denuncia su forma de vida. Y de la escritura el reflejo de sus sueños más apoteósicos. Pero no se iba de madre ni caía en victimismos ni sentimentalismos delirantes. No. Y por ello hizo de esos "nadie" —las víctimas, los ninguneados, los que no son aunque sean— los verdaderos protagonistas de su obra.

Entre sus “nadie” favoritos, las mujeres ocupan un lugar privilegiado.

Al fin y al cabo, el miedo de la mujer a la violencia del hombre es el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedo.

Como un homenaje póstumo a este grandísimo maestro de la literatura de las últimas décadas, la editorial Siglo XXI de España publica Mujeres. Una antología de los mejores textos de Eduardo Galeano sobre la condición femenina.

Y un homenaje a la mujer que festeja la vida. A la que piensa, a la que lucha, a la que nunca se rinde, a la mujer sin miedo… A todas las grandes mujeres con nombre y apellido—Alfonsina Storni, Rosa Luxemburgo— que han pasado a la historia. Y a todas las grandes anónimas que la escriben cada día. A las brujas, —esas pérfidas que seducían a los súbditos de Su Majestad y los empujaban al matrimonio—, a las que dicen chau y se largan con la manos vacías y la cabeza muy alta —Me llevo los besos cuando te ibas (no estaba nunca dormida, nunca)—, a las niñas que dibujan para burlar al carcelero.

Porque Galeano no tenía miedo a casi nada; menos aún a las mujeres.

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Título: Mujeres
Autor: Eduardo Galeano
Editorial Siglo XXI
Colección: Biblioteca Eduardo Galeano
ISBN 978-84-323-1768-2
Páginas: 240
Edición 2015
Precio: 18 €

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