Era 1919. Acababa de nacer la República de Weimar tras la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial. En plena reconstrucción del país y el desarrollo de un nuevo régimen político, los nuevos movimientos artísticos germanos bullen. Se revuelven para salir del hoyo de la guerra. En este contexto de resurrección, los creadores de la época aspiran a reconciliar todas las artes y artesanías en una nueva arquitectura. Ese era el planteamiento de Walter Gropius, fundador oficial de la Bauhaus.
La Bauhaus (Casa de la Construcción) fue el resultado de la unión de las dos escuelas artísticas de Weimar: la Superior de Artes Plásticas y la de Artes y Oficios. Bajo el lema del arquitecto americano Sullivan, la forma sigue a la función, este nuevo movimiento artístico grupal adopta el funcionalismo como eje. En torno a él se desarrolla una creatividad que une la estética, la utilidad, el diseño y la función y aprovecha las ventajas de la mecanización industrial.
La escuela bauhausiana atrajo a sus filas a numerosos aristas alemanes y de otros países. Sin embargo, la sociedad no estaba por la labor de admitir este movimiento como arte. Recibió muchas críticas por parte de los políticos extremistas y costó bastante aplicar el concepto de la funcionalidad. Son muchos los nombres masculinos que han pasado a la historia como representantes de la Bauhaus: Kandisnky, Paul Klee, Walter Gropius, László Moholy-Nagy, Itten, Lyonel Feininger, Mies van der Rohe…
Al contrario que los femeninos. Las mujeres artistas de la época tuvieron que luchar, en primer lugar, para ser admitidas en la escuela con los mismos derechos y categorías que sus compañeros hombres. Las “artes mayores” —arquitectura, pintura y escultura— estaban reservadas exclusivamente al género masculino, mientras que para ellas se disponían otras disciplinas “menos físicas”. Pero muchas no estaban dispuestas a tragarse la bola. Entre ellas Lilly Reich, colaboradora de Mies van der Rohe durante más de una década, participó en varios trabajos del arquitecto y fue profesora y directora de taller en la escuela. Al igual que Gunta Stölzl, Anni Albers, Otti Berger o Karla Grosch.
En la década de 1920, la expresión chicas de la Bauhaus mostraba una admiración tácita hacia las mujeres jóvenes y valientes que eludieron los roles de género tradicionales para construir un futuro diferente y creativo. Entre ellas figuran Marianne Brandt, la primera mujer admitida en el programa de metalistería de la Bauhaus cuyos diseños todavía comercializa Alessi. Gertrud Arndt, a quien la universidad intentó disuadir de estudiar arquitectura pero brilló como fotógrafa y diseñadora de alfombras. O Lucia Moholy, que tomó fotografías emblemáticas de los edificios de la Bauhaus pero pasó el resto de su vida intentando recuperar los negativos que le fueron ocultados.
Con motivo del centenario de la Bauhaus, la editorial TASCHEN publica un volumen especial que no sólo celebra la creación de esta escuela de arte y diseño pionera, sino que rescata a sus figuras más infravaloradas.
Bauhausmadëls, Las chicas de la Bauhaus, presenta a 87 artistas y artesanas a través de textos y retratos fotográficos, muchos de ellos inéditos hasta ahora. Recientes descubrimientos en los archivos recuperan las biografías de los talentos más conocidos. La extensa información biográfica subraya la lucha individual de cada artista, su persistencia frente a la adversidad. Un grupo de vanguardistas únicas cuyo legado abrió el camino a las generaciones futuras.
Además, este volumen rescata a otras artistas cuyos nombres, prácticamente olvidados, también representan las primeras luchas por la igualdad de género, mujeres que se negaron a seguir el camino marcado por la sociedad y sus familias.
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Bauhausmädels. A Tribute to Pioneering Women Artists. Patrick Rössler. Encuadernado en tela, 17 x 24 cm, 480 páginas. ISBN 978-3-8365-6353-6
Edición plurilingüe: alemán, francés, inglés
Galería de imágenes
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Judit Kárász (attrib.): “The evil spirit”, double exposure of Otti Berger with the façade of the Atelierhaus, Dessau, 1931/32 © Géza Pártay / Photo © Bauhaus-Archiv, Berlin
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Anonymous: Gunta Stölzl in the studio at the Dessau Bauhaus, 13 March 1927 Copyright: Photo © Bauhaus-Archiv, Berlin
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Herbert Bayer: Portrait of Ise Gropius from the “Red Album” (Estate of Walter Gropius), c. 1931 Copyright: © Bauhaus-Archiv, Berlin 2019
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Marianne Brandt: Self-portrait in her studio in Gotha (double exposure), c. 1930 Copyright: © VG Bild-Kunst, Bonn 2019 / Photo © Bauhaus-Archiv, Berlin
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Max Peiffer Watenphul: Margarete Willers with cigarette, 1930 Copyright: © Alessandra Pasqualucci / Photo © Bauhaus-Archiv, Berlin
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Werner Zimmermann: Albert Braun photographing Grit Kallin in the Atelierhaus, Dessau, 1928 Copyright: Photo © Stiftung Bauhaus Dessau
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Lotte Beese: Group photo in the weaving workshop, Dessau Bauhaus, 1928 Copyright: © Ariane und Maurizio Stam, Krimpen, NL / Photo © Bauhaus-Archiv, Berlin
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Ivana Tomljenović: Portrait of an unknown Bauhaus student (double exposure), 1930 Copyright: © Kolekcija Marinko Sudac/Muzej Avangarde Zagreb
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Anonymous: Otti Berger (front) and Lis Beyer in a rowing boat on the Elbe, c. 1927 Copyright: Photo© Bauhaus-Archiv, Berlin
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Anonymous: Bauhaus student in a mask from the Triadic Ballet, c. 1927 Copyright: Photo © Getty Research Institute, Los Angeles
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T. Lux Feininger: The weavers on the Bauhaus stairs in Dessau, c. 1927 Copyright: © Estate of T. Lux Feininger / Photo© Bauhaus-Archiv, Berlin
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Bauhausmädels. A Tribute to Pioneering Women Artists Patrick Rössler