Taschen presenta el estudio definitivo de la obra de Kengo Kuma. Se trata de una monografía de tamaño XXL, editada por Philip Jodidio, que abarca toda la carrera profesional del arquitecto japonés y celebra su enfoque sostenible respecto a la arquitectura contemporánea. La obra incluye unas 500 ilustraciones –fotografías, bocetos, planos– que completan la minuciosa exposición de sus principales proyectos y obras en curso.
Kengo Kuma nació en Yokohama (Prefectura de Kanagawa, Japón), el 8 de agosto de 1954. Pese a la intensa actividad económica e industrial de la ciudad, Kuma creció rodeado de naturaleza y bosques de bambú. Una circunstancia que, sin duda, iba a determinar en gran medida el desarrollo de su estética artística.
Tras graduarse en Arquitectura por la Universidad de Tokio en 1979, se trasladó a Nueva York para continuar su formación en la Universidad de Columbia, donde trabajó como investigador entre 1985 y 1986. A su regreso, se estableció de nuevo en Tokio. Fue entonces cuando construyó su primer proyecto, una pequeña sala de baños en la prefectura de Shizuoka. Aunque la estructura ligera y el empleo de la madera como principal material ya apuntaban hacia ese tratamiento tan personal de los espacios y la luz, la obra aún distaba mucho del concepto arquitectónico que le iba a distinguir más adelante. También su primer edificio en Tokio dista mucho visualmente de las construcciones posteriores.
No fue hasta el estallido de la burbuja nipona de 1991 cuando comenzó a abandonar las tendencias posmodernas, las extravagancias norteamericanas, los materiales como el hormigón o el acero y las claras influencias de su maestro Tadao Ando. La crisis económica le obligo a cambiar la perspectiva. En vez de trasladarse a las capitales occidentales (como hicieron muchos de sus compatriotas), Kengo Kuma permaneció en Japón, viajó por el país y profundizó en el análisis de la arquitectura tradicional autóctona, la artesanía y los recursos locales para construir edificios perfectamente integrados en el entorno.
A partir de ese momento, el enfoque arquitectónico de Kuma se trasladó hacia la sostenibilidad, la tradición, las formas fluidas y los materiales naturales. Su estética se impregnó de Komorebi, ese término japonés que evoca el efecto de la luz solar cuando se filtra entre las hojas de los árboles, de tiempo detenido, de ingravidez y de transparencias. “El espacio es resultado de la naturaleza y el tiempo”, comentaba el Kuma en una entrevista exclusiva para la revista Axxis. “Creo que mi arquitectura constituye una especie de marco para la naturaleza, para disfrutarla de manera íntima y profunda. […] Trato de emplear materiales ligeros y naturales para conseguir un nuevo tipo de transparencia.”
Igual que el tsunami de 2011 removió los cimientos sociales y estructurales de la isla, supuso para Kuma la consagración definitiva de su concepción (y comprensión) de la arquitectura. La catástrofe fue como un catalizador de su filosofía y de sus reivindicaciones estéticas: la vuelta al origen, la flexibilidad espacial, la realidad material, la conjunción con el medio, el arte de lo pequeño y la madera como materia reina.
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Kuma. Complete Works 1988–Today
Tapa dura, impresión en dos tipos de papel, 30,8 x 39 cm, 4,97 kg, 460 páginas
También disponible en Edición de Arte limitada de 200 ejemplares con un estuche de madera hecho a medida y acompañada de una lámina heliográfica de un boceto de Kengo Kuma, firmada por el artista.
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