Margaret Atwood es mundialmente conocida por las adaptaciones a la televisión de El cuento de la criada y Alias Grace. Sin embargo, la autora canadiense es mucho más que una tendencia popular fruto del boom de las plataformas de contenido bajo demanda. Su nombre suena en casi todas las quinielas de candidatos al Nobel, tras recibir en 2008 el Príncipe de Asturias de las Letras por “su defensa de la dignidad de las mujeres”.
Además de las aterradoras distopías sobre la libertad, la sociedad, el feminismo y el futuro del ser humano —en especial, el femenino—, Margaret Atwood es autora de más de 40 libros, publicados en 35 países, dentro de los géneros de ficción, poesía y ensayos críticos. Los largos inviernos de su infancia, entre el norte de Quebec, Ottawa y Toronto, la convirtieron en ávida lectora de novelas de misterio, cuentos clásicos y leyendas canadienses de toda índole. En la universidad Victoria de Toronto profundizó en esta faceta mitológica y escribió sus primeros poemas —Double Persephone— bajo la tutela de los críticos literarios Jay Macpherson y Northrop Frye.
Aunque el tema del género y la situación de la mujer en la sociedad y la economía está presente en casi toda su prosa, ella no se considera una escritora esencialmente feminista. Son muchas las inquietudes que transcienden en la literatura de Atwood, entre ellas la identidad canadiense, las relaciones de su país con EEUU y Europa, los derechos humanos, la libertad de expresión, la defensa del medio natural. Todo ello regado por elementos recurrentes como la enfermedad, el cuerpo femenino, la vejez y la muerte.
La editorial Salamandra publicó la pasada primavera una recopilación de relatos cortos bajo el título Nueve cuentos malvados (The stone matress, en inglés). La traducción al español hace honor al contenido de esta jugosa selección donde la maldad y la belleza asociada a la decadencia configuran la escena donde se desarrollan las diferentes historias. La autora mezcla géneros literarios, conjuga cuestiones banales con dilemas sociales transcendentales. Vampiros, criaturas poseídas y espíritus conviven con personajes de carne y hueso y situaciones cotidianas.
Su lenguaje mordaz articula con extraordinaria delicadeza ambientes bohemios, plagados de poetas y artistas que miran el pasado desde la profundidad de sus arrugas incrustadas en sus rostros y en sus almas. Aunque todos los relatos, salvo los tres primeros, recrean escenarios y aventuras independientes, los personajes saltan de una historia a otra a través del recuerdo, el veneno y la memoria.
Sirva como aperitivo de la esperadísima secuela de El cuento de la criada, cuya publicación en inglés se anuncia para septiembre. The Testaments permanece custodiado bajo la férrea llave de la confidencialidad. Nada se ha revelado sobre una trama “aterradora”, aseguran los miembros del jurado del próximo Booker Prize al anunciar a los finalistas del mismo, entre los que se encuentran Elif Shafak, Salman Rushdie y la propia Margaret Atwood.