Pocos días antes de la declaración del Estado de Alarma, el Museo del Prado clausuró una de las muestras más exitosas del Bicentenario. Bajo el título Solo la voluntad me sobra, la institución exponía los dibujos de Francisco de Goya, una faceta artística del de Fuendetodos menos explotada museísticamente, no por ello menos importante. Fue el Cuaderno C –realizado entre 1814 y 1823– el centro de la misma.
Francisco de Goya cultivó la pintura con la misma intensidad que la obra sobre papel. No se valía de esta especialidad artística como mero utensilio preparatorio de sus cuadros. Bien al contrario, para el pintor aragonés supuso un elemento esencial de su lenguaje que, además, le permitió dar rienda suelta a todo su potencial creativo al margen de los encargos de la Corte. De hecho, Goya conservaba sus dibujos en diferentes cuadernos, como parte de su legado personal. Los mantuvo a buen recaudo durante toda su vida, lejos de los circuitos comerciales.
Tras su muerte, los casi mil dibujos del artista fueron desmembrados por su hijo Javier Goya y Bayeu –único heredero del pintor– para su venta por lotes. Posteriormente, ya en 1854 Pío Mariano de Goya, a causa de necesidades económicas, remató en subastas la dispersión del conjunto de su abuelo. No obstante, el Museo del Prado ha logrado, a lo lardo de varias décadas, recuperar buena parte del legado goyesco. Hoy día atesora más de 500 dibujos del pintor aragonés. Entre ellos, el Cuaderno italiano (único al completo), que fue editado en facsímil en 1994 gracias a la iniciativa y la colaboración de la Fundación de Amigos del Museo del Prado.
Con respecto al famoso Cuaderno C –dedicado a los trágicos acontecimientos de la Guerra de la Independencia y los posteriores de la represión fernandina hasta el advenimiento del Trienio Liberal (1820-1823)–, Goya diversifica la temática con enorme complejidad. En esa especie de diario gráfico, dibujó las múltiples facetas de un periodo marcado por la crueldad de la guerra, las penurias económicas o el cercenamiento de la libertad. Al igual que el Italiano, este álbum se conserva casi intacto (120 dibujos de los 133 que conformaban el original). Aunque su papel es de peor calidad y alguna de las páginas se ha deteriorado, el Cuaderno C resume, quizás como ningún otro, la ambivalencia artística de Goya.
El Museo del Prado publicó hace un par de semanas la reproducción fiel del Cuaderno C de Goya. Se trata de una edición excepcional que reproduce en su orden y tamaño original, todas las obras de ese conjunto en el Prado, anverso y reverso, con imágenes realizadas ex profeso para esta publicación por el Archivo Fotográfico del museo.
Como expresa José Manuel Matilla –jefe de conservación de Dibujos y Estampas del Museo Nacional del Prado– “es la primera vez que se puede contemplar el Cuaderno C de Goya de la forma en que fue concebido, en su orden secuencial, con los anversos y reversos de los dibujos. La posibilidad de tenerlo en la mano, tal y como lo tuvo Goya, amplía el campo de posibilidades interpretativas de su obra. Pienso sinceramente que hay un antes y un después de este libro para conocer a Goya sin intermediarios”.
El libro incluye los textos del propio Matilla, en cinco idiomas, y presenta las claves del contexto histórico y personal en el que Goya realizó dicho álbum, al tiempo analiza las técnicas pictóricas empleadas por el pintor. Coeditada a nivel internacional con Skira, la publicación está disponible en la Tienda Prado y librerías de Italia, Francia, Bélgica, Luxemburgo y Suiza.
Galería de imágenes
-
1
-
2
-
3
-
4
-
5
-
6