Los cuerpos y las flores de Antonio López.

Una obra nunca se acaba, sino que llega al límite de las propias posibilidades. Antonio López resume así su peculiar manera de trabajar. No es el tiempo un hándicap ni una herramienta de presión. Los ritmos del artista manchego no se someten al ajetreo de la vida moderna. Al contrario, parecen conservar la cadencia del campo tomellosero, la vida tranquila de la ciudad que le vio nacer y crecer. Su pintura carece de prisa e histerismo, crece al calor del sol del membrillo, se nutre de la templanza de la luz, del rigor de la realidad, de la vida. Sí, su pintura brota de la vida.

Antonio López García nació en Tomelloso, el 6 de enero de 1936. Su familia —acomodada— vivía del cultivo de las tierras y el niño López creció en un ambiente distendido y amable, pese a los disparates de la Guerra Civil, la dura posguerra y las imposiciones de la dictadura franquista. Él recuerda su infancia como un periodo apacible en el que nadie cercenó su facilidad y afición por el arte y el dibujo. Al revés. Su tío Antonio López Torres, también pintor, le animó a formarse y convenció a sus padres para que el joven viajase a Madrid a estudiar y preparar el examen de ingreso en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Corría el 1950 cuando, apenas adolescente, Antonio se adentró en los entresijos de la que iba a ser su carrera, su pasión, su vida.

Él, que nunca se sintió tentado por la abstracción, abrazó la pintura figurativa como una forma de plasmar, de transmitir en un lienzo los enigmas del mundo. Porque no se trata de copiar lo que uno ve, sino de dejarse arrastrar por el misterio, por la emoción, por la alquimia de lo que le rodea. Considerado como el gran representante del realismo contemporáneo español, Antonio López es uno de los artistas vivos más reconocidos y venerados de nuestro país, tanto en el ámbito íntimo como en el internacional.

Hace unos meses se dejó tentar por la editorial Artika y un inmenso proyecto de impresión: Cuerpos y flores, el primer y único libro de artista del genial pintor que muestra sus obras más conocidas, “desde sus primeros trabajos a las piezas más actuales: pinturas, bocetos, obras en proceso y esculturas, reproducidas en su totalidad o a modo de detalle”.

Cuerpos y flores es una mirada poética sobre la naturaleza, el hombre y la relación entre ambos; un recorrido por la vida y la obra del artista manchego que se detiene especialmente en su inspiración, en los elementos recurrentes de su lenguaje creativo, pero también en los menos explotados, especialmente en el universo de las flores y del cuerpo humano.

Esta edición limitada, numerada y con el sello que garantiza la calidad de impresión de la técnica giclée, incluye la firma del artista. Las páginas han sido impresas en papel de alta calidad para capturar el detalle de los diferentes materiales que utiliza Antonio López en su proceso de creación. Las cubiertas del libro, elaboradas en tela de lienzo, representan en la portada un fragmento de su cuadro Espaldas. Y cerrando el libro, como contraportada, aparece un detalle de Adrián y Miriam, una de sus creaciones más recientes. También el estuche está elaborado de manera artesanal. Es una joya en madera de arce que reproduce una de sus esculturas más conocidas: La mujer de Coslada.

El libro de arte, en edición bilingüe español-inglés, incluye un texto escrito para la ocasión por Rafael Argullol, un diálogo entre Antonio López y Julio Vaquero, uno de los artistas contemporáneos que más admiran y mejor conocen la obra del pintor manchego, y un texto del propio López en el que desvela sus sensaciones como artista.

Galería de imágenes