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Las siete moradas de Teresa de Jesús

La obra de Teresa de Jesús ha pasado a la historia de la literatura como una de las cumbres de la mística y la prosa del Siglo de Oro español.

Referente literario, figura fundamental en la historia de las letras; inteligente y honesta, mística y rebelde, Teresa de Cepeda y Ahumada —Teresa de Jesús (1515-1582)— fue una mujer singular, casi autodidacta, adelantada a su tiempo y, en el fondo, una aventurera. Fantaseó con el feminismo cuando ni siquiera existía —basta ser mujer para caérseme las alas, escribía—; tuvo sus más y sus menos con la censura, con algún miembro de la curia más rancia, incluso con la santísima Inquisición que llegó a acusarla de erasmismo, brujería y enseñar cosas de alumbrados.

Nacida en el seno de una familia judío-conversa por parte de padre, Teresa se crio entre libros y pronto mostró una profunda inclinación tanto por la literatura como por el misticismo, tal vez fruto de una débil salud que la mantuvo confinada entre brotes y recaídas hasta el año 1539 —cuando ya contaba con veinticuatro—, aunque quién sabe si no encontró también en los conventos el refugio perfecto para librarse de un matrimonio opresivo que la obligase a renunciar a una vida personal. Una idea, por otro lado, en absoluto descabellada en según qué momentos. Más en aquel siglo XVI que despertaba de los sueños medievales más oscuros.

Aunque comienza a escribir joven —libros que jamás publicó en vida por prudencia, dice la santa—, alcanza su plenitud con casi cincuenta años, pasando su obra a la historia de la literatura universal como una de las cumbres de la mística y de la prosa española del Siglo de Oro. Y es que, además de pionera reformadora de la orden carmelita, Teresa de Jesús supo construir un lenguaje literario propio, delicado, repleto de simbolismos personales y una carga poética excepcional, delirante, atravesada por el misticismo y el recogimiento, por la pasión abrasada (y abrasadora), por el dolor espiritual, por la perfección.

Pocas cosas que me ha mandado la obediencia se me han hecho tan dificultosas como escribir ahora cosas de oración.

Las Moradas. Castillo interior es su última obra y con toda probabilidad, pese a ser una exigencia de Jerónimo Gracián, la más perfecta, rica y compleja entre todos sus libros, poemas, cartas y escritos. Un encargo que, como ella misma apunta en el prólogo, aborda con pocas ganas. Se trata de una alegoría, un tratado de oración, un viaje interior, un arrebato espiritual basado en la experiencia vital de la religiosa que explica en siete etapas (grados o moradas) el sendero que recorre del alma (un castillo todo de diamante o muy claro cristal) hasta alcanzar el recogimiento más profundo,  la unión suprema con la divinidad.

El próximo 28 de marzo se cumplirán los 500 años del nacimiento de Teresa de Jesús y con motivo de la celebración de este V Centenario, la Biblioteca Nacional de España (BNE) y Acción Cultural Española (AC/E) organizan la exposición Teresa de Jesús. Una muestra que, a través de ciento diez piezas entre libros, pinturas, grabados y esculturas, narra la inmensa riqueza de su vida a partir de su obra escrita, ahonda en su labor como fundadora de diecisiete conventos femeninos adscritos a la orden carmelita y, sobre todo, destaca la originalidad y belleza de su obra literaria.

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Fechas: del 12 marzo al 31 de mayo de 2015
Horario: de lunes a viernes de 9.00 h. a 21.00 h y sábados de 9.00 h. a 14 h.
Sala Recoletos de la Biblioteca Nacional de España.

Más información:
BNE
Progama V Centenario

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