Las mejores palabras según Daniel Gramper
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Las mejores palabras según Daniel Gramper

¿Es posible preservar las palabras íntimas de la vulgarización pública? Daniel Gramper construye un ensayo sobre la búsqueda de las mejores palabras.

Daniel Gramper (Barcelona, 1969) es profesor de Filosofía Política en la Universidad Autónoma de Barcelona y el último galardonado con el Premio Anagrama de Ensayo, publicado por la propia editorial. Las mejores palabras es el título de un texto bello y sutil en el que autor reivindica el uso de la palabra sin tutelas externas, de las mejores palabras cultivadas con esmero para salvaguardar la libertad de expresión.

Escribía hace algún tiempo Javier Marías, en El País Semanal, sobre el uso de las palabras, la proliferación del eufemismo, el creciente número de “ofendiditos” por vocablos y expresiones que, de pronto, forman parte de la lista de lo incorrecto. Comentaba Marías la observación de un lector acerca del término “discapacitado” y le aconsejaba sustituirlo por algo menos ofensivo. Pues no, concluía el escritor, “lo que molesta en general no son las palabras, sino lo denominado por ellas”.

Hoy, en la era de lo políticamente correcto, el lenguaje periodístico (también el literario) parece estar sometido a las nuevas normas dictadas por el pudor del siglo XXI. Unas normas moralistas (y absurdas) que despojan al lenguaje de cualquier significado potencialmente afrentoso. Armas al servicio de la demagogia que terminan por camuflar la realidad en aras de una supuesta defensa contra cualquier forma de discriminación.

Sin embargo, paradójicamente, los medios electrónicos, las redes sociales y la comunicación actual se han convertido en un lodazal donde chapotean los términos más abyectos, los insultos, la ausencia de argumentación. La indecencia mediática que censura los términos ofensivos es la misma que alienta el lenguaje plano, vulgar, carente de belleza.

Frente a todo ello, “Daniel Gamper logra un ensayo locuaz e inteligente donde la filosofía está presente sin atisbo alguno de pedantería para recordarnos que en realidad podemos volver a aprender a hablar, a escribir y a pensar con gracia, esto es, con un espíritu nuevo pero preciso y libre”, escribe Chus Martínez, miembro del jurado del premio.

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